Por: Juan Tlapalamatl (@Jul_ElSombrero)
La noche del 17 de noviembre de 1910 llegaron carruajes a una casa ubicada en el centro de la Ciudad de México. La vestimenta y concurrencia eran propios de una gran fiesta. Los invitados, 41 hombres, 19 de ellos vestidos de mujer, originarían la historia de “El baile de los 41”, misma que inspiró la película de Netflix, protagonizada por Alfonso Herrera y nominada a Mejor Película en los Premios Ariel 2021.
El caso de “El baile de los 41” fue muy polémico durante el periodo en el que Porfirio Díaz gobernada el país, y es que, además de que muchos de estos hombres formaban parte de la élite, ¿Quién iba a imaginarse a hombres afeminados, vestidos de mujer y con las caras pintadas en pleno inicio del siglo XX organizando una reunión así?
La fiesta, apoyada de los diarios más importantes de la época, desató burlas e indignación durante gran parte del siglo. Y es que, aunado a esto, según fuentes no oficiales, entre estos hombres se encontraba Ignacio de la Torre y Mier, esposo de Amada Díaz, hija de Porfirio Díaz, quien por su influencia quedó fuera de la lista de los 42 que posteriormente fueran detenidos. Quien tuvo la posibilidad pagó por su salida de prisión, quien no, fue detenido y forzado a hacer servicio militar, aunque la información de estos hombres ha sido poco clara y se continúa con su investigación. En la actualidad podemos entender que esta detención fue injusta como muchas de las acciones realizadas por parte del gobierno durante el porfiriato, pues la homosexualidad, aunque mal vista colectivamente desde viejos tiempos, nunca ha sido un delito.
David Pablos, ganador del Ariel a Mejor Película con Las Elegidas en 2016, toma la dirección de esta película que se centra en la fiesta gay más famosa del México del siglo XX. Una cinta que se ambienta en el porfiriato, alejado de los caudillos famosos y siempre protagonista de las películas, contextualizada en esta época puede sonar muy interesante desde el punto de vista histórico, sin embargo, la película resulta triste para quien busca alimentarse de este tipo de filmes mexicanos, pues, aunque centrada en el porfiriato, no resulta mínimamente provechoso en temas históricos que contribuyan al imaginario mexicano de estas fechas tan relevantes para el México libre.
Incluso el tema del rechazo a la homosexualidad se pierde entre sus líneas, pues siendo un tema bastante escabroso en la antigüedad, no tiene repercusión en la película, no se refleja el miedo entre los personajes de la historia, ni trata de abordarse mínimamente. Pareciera una película que retrata más cómo podría verse esta situación en nuestro país actual, con sensaciones que terminan por generarnos cuestionamientos sobre si el tema fue tratado o no como se debía. Sin embargo, cada avance es para reconocerse, pues a pesar de la falta de profundidad en estos temas, la película se posiciona como referente en el tema del romance homosexual en nuestro país y comienza su impacto en el cine mexicano.
Lo que hace fuerte a la película es su cast, con Alfonso Herrera, Emiliano Zurita y Mabel Cadena se le da una forma bastante amena a esta historia que la convierte en agradable de ver. Además de contar con una fotografía cautivadora de Carolina Costa y un guion de Mónika Revilla que mantienen la atención y la adrenalina a lo largo del metraje.
Al final resulta entretenida, conocer una historia que quizá pocos conocíamos y ver en pantalla, al menos en lo personal, por vez primera el romance de dos hombres mexicanos abre la pauta para dotar al cine de nuestro país con filmes con temáticas LGBTTTIQ+.
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