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El viacrucis de Martin Scorsese

Actualizado: 15 abr 2022

Por: Freddie Montes (@FreddieMontes)


“Este film lo he hecho para mí, para mi fe en dios. Para sentirme, en este momento de mi vida, más cercano a Él” Martin Scorsese, 1988

En 1972, Martin Scorsese recibió de manos de Barbara Hershey, protagonista de su film ‘Boxcar Bertha’, el libro ‘La Última Tentación de Cristo’ de Nikos Kazantzakis. El neoyorquino tardó siete años en leerlo debido a que estaba tan fascinado con él que no quería terminarlo. Una vez concluida la lectura, en 1979, el cineasta tomó la decisión de hacer una adaptación cinematográfica de dicho escrito y así cumplir el que desde niño era uno de sus grandes sueños, hacer un film sobre Jesucristo nada ortodoxo.


La novela de Kazantzakis mostraba a Jesús como un Mesías muy humano, con dudas, errores, rabietas, deseos y tentaciones. Esta visión del nazareno alejada de los cánones del catolicismo provocó que la Iglesia Católica incluyera este escrito en el índice de Libros Prohibidos, además de costarle al escritor griego la excomunión por parte de la Iglesia Ortodoxa Griega. Con estos antecedentes quedaba claro que llevar a cabo este proyecto no sería tarea sencilla, pero lo que Martin no sabía era que estaba por comenzar una producción que lo haría vivir, fiel a la historia de su protagonista, un auténtico viacrucis.

Lo primero que hizo el cineasta tras adquirir los derechos de la obra literaria fue encárgale su adaptación a quien fuera su guionista en las cintas ‘Taxi Driver’ y ‘Raging Bull’, Paul Schrader, un hombre con raíces calvinistas cuya estricta educación religiosa le permitió ver su primera película hasta que cumplió 18 años. Sin duda el escritor idóneo para este trabajo.

Con Scorsese y Schrader como estandartes del proyecto, Paramount se hizo cargo de la producción de la película. El neoyorquino lo tenía todo, una casa productora de renombre, un presupuesto que oscilaba los 14 millones de dólares, a Israel como sede del rodaje y a un elenco conformado por Aidan Quinn en el papel de Jesús, Ray Davies como Judas Iscariote, Vanity como María Magdalena y Sting como Poncio Pilato. Pero el rumor de que se estaba gestando un proyecto blasfemo hizo que Paramount fuera blanco de amenazas por parte de grupos religiosos, esta situación aunada a un aumento en el presupuesto pactado provocaron la primera caída en el viacrucis de Scorsese, en 1983 el proyecto fue cancelado.


Tras este duro golpe, Martin se encargó del rodaje de ‘After Hours’, aunque en su mente siempre estuvo la idea de sacar adelante su tan ansiado proyecto. Muestra de ello fue que en 1985 consideró la opción de ser financiado por Jack Lang, el Ministro de Cultura de Francia, quien lo invitó a presentar ‘After Hours’ en el Festival de Cannes. La idea fue finalmente desechada debido a que el arzobispo de París, Jean-Marie Lustiger, reprobaba la idea de usar fondos públicos para financiar lo que aparentaba ser una blasfemia.

Fue en 1986 cuando Universal Studios mostró interés en rescatar ‘La Última Tentación de Cristo’. Sin embargo, las condiciones del estudio para encargase de la producción no fueron pocas, ofrecieron un presupuesto de 7 millones de dólares, la mitad del ofrecido por Paramount, fijaron un período de rodaje de sólo 58 días y cambiaron el lugar de filmación de Israel a Marruecos. Pero la condición principal fue que después de este film Scorsese filmaría con ellos una película mucho más comercial, la cual terminó siendo ‘Cape Fear’.

Lo siguiente para Scorsese fue buscar nuevos actores para interpretar a sus personajes. Para el papel de Jesús se barajearon varios nombres como Christopher Walken, Eric Roberts, Aidan Quinn, quien había sido elegido cuando el proyecto era responsabilidad de Paramount, y, por supuesto, Robert De Niro, quien no participó en el proyecto ya que, además de encontrarse ocupado trabajando en el rodaje de ‘Once Upon a Time in America’, declaró que no se veía a sí mismo como una buena opción para el papel. El elegido terminó siendo Willem Dafoe, quien fue seleccionado por el director tras ver su trabajo en la cinta ‘Platoon’. El resto del cast quedó conformado por Harvey Keitel, cuya representación de un Judas pelirrojo y con acento neoyorquino le valió una nominación como peor actor de reparto; David Bowie en el papel de Poncio Pilatos, quien grabó sus escenas en un día; y, como debió ser desde un principio, Barbara Hershey en el papel de María Magdalena. En cuanto a la banda sonora el encargado fue Peter Gabriel, cuyo trabajo en esta cinta le valió una nominación al Globo de Oro.


Aceptadas todas las condiciones y con equipo completo, el director comenzó con el rodaje, viéndose obligado, por las reducciones de tiempo y dinero, a realizar un film con toques minimalistas e inclusive a improvisar algunas escenas. Sin embargo, este fue el menor de sus problemas ya que durante las filmaciones los grupos religiosos volvieron a hacer de las suyas. Todo comenzó con protestas afuera de las locaciones, después amagaron con boicotear a Universal por haberse involucrado en el proyecto, pero el problema mayor llegó cuando Scorsese comenzó a recibir amenazas de muerte, las cuales fueron lo suficientemente significativas como para hacer que el cineasta estuviera acompañado por guardaespaldas en todas sus apariciones públicas durante varios años.


Otro afectado fue Willem Dafoe, quien quedó expulsado de otra producción debido a que los patrocinadores amenazaron con abandonar el proyecto si él seguía formando parte del mismo.

Una vez terminado el rodaje parecía que los problemas podrían cesar, pero no había nada más alejado de la realidad. Cuando ‘La Última Tentación de Cristo’ estaba a unos meses de estrenarse comenzó a circular un rumor que inconformó a los grupos extremistas religiosos aún más que el hecho de tener a una versión humana del Mesías, y es que se decía que la película de Scorsese contenía una escena de sexo entre Jesús y María Magdalena.

Con fecha de estreno ya programada, alrededor de 10,000 personas se manifestaron a las afueras de los estudios Universal para tratar de impedir el estreno, en varios puntos de Estados Unidos se llevaron a cabo manifestaciones en contra del film y una asociación encargada de defender a la familia contrató una página entera del periódico The New York Times para pedir su boicot. Pero Universal entendió que la publicidad, buena o mala, siempre es publicidad, y no sólo se negó a cancelar la proyección del film sino que adelantó su estreno en algunos cines de Estados Unidos, por lo que ‘La Última Tentación de Cristo’ vio finalmente la luz en una docena de complejos cinematograficos el 12 de agosto de 1988.


La siguiente parada de esta película fue en el Festival de Cine de Venecia el 7 de septiembre de dicho año. Ahí el director Franco Zeffirelli retiró del certamen su película ‘Young Toscanini’ debido a la aceptación en la programación de la película de Scorsese. Aunado a esto, un abogado italiano presentó una demanda en contra de los programadores del festival exigiendo que no se exhibirá dicha cinta. Ninguna de las dos acciones impidió la proyección del film.


El punto máximo de la intolerancia en la que se vio envuelta esta película llegó el 23 de octubre de 1988 cuando se perpetuó un atentado en contra del cine Saint-Michel de París, Francia, por parte de un grupo católico extremista mientras ‘La Última Tentación de Cristo’ era proyectada. El ataque hirió a catorce personas, cuatro de gravedad, y el complejo cinematográfico sufrió severos daños que obligaron a que se mantuviera cerrado por restauraciones durante tres años.

Los problemas siguieron alrededor del mundo. En España la gente lanzaba huevos a los anuncios en los que se mostraba promoción de la cinta y en los cines donde se exhibiría el film se veía a mujeres rezando al pie de las puertas. Otros países optaron por ni siquiera exhibirla, entre ellos Israel, Turquía, Argentina, Chile y, como era de esperarse, México.


La relación entre Chile y esta película fue muy particular. La cinta fue censurada en el país andino, en ese entonces bajo la dictadura de Pinochet, con el argumento de que se afectaban los valores y principios de algunas personas vinculadas al catolicismo. El asunto trato de resolverse en los juzgados nacionales y una vez agotadas todas las instancias locales fue a parar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual emitió una sentencia en 2001, 13 años después del estreno planeado, en la cual se resolvía que la censura del film suponía una violación a las libertades de conciencia, religión, libertad de expresión y de pensamiento descritas en los artículos 12 y 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos. Esta resolución no sólo permitió que se exhibiera la película, también obligó al país chileno a modificar su constitución.


Como dato curioso, aún cuando Chile se vio envuelto en la controversia antes mencionada, hubo un país que se tardó más que todos en exhibir el filme después de su prohibición. ¿El año? 2004 ¿El país? Nuestro México, tan lindo y querido como conservador.

A final de cuentas, Martin Scorsese fue nominado al Oscar como mejor director por su trabajo en esta cinta y al día de hoy ‘La Última Tentación de Cristo’ se ostenta como una de las obras más recordadas de este extraordinario cineasta, en parte por lo aquí expuesto, pero también por ser uno de los filmes religiosos con mayor calidad de todos los tiempos. Sin duda una buena opción para disfrutar en esta Semana Santa sin importar la religión que profesen o si no son creyentes de nada, eso sí, quizá el único requisito sea tener una mente abierta para disfrutar de esta película que significó para su creador un auténtico viacrucis.

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