Por: Osvaldo Escalante (@OsvaEsc)
Qué hermosa película. «Sueño en otro idioma» trata diversos temas, y lo hace tan bien, que todo termina por encajar como si de un mecanismo se tratara.
Dirigida por Ernesto Contreras, «Sueño en otro idioma» se sitúa en un mundo donde la lengua milenaria agoniza: sus dos últimos hablantes, Evaristo e Isauro (70's) tuvieron una pelea hace 50 años y no se han vuelto a hablar desde entonces. Martín, lingüista, asumirá el reto de reunir a los dos viejos amigos y convencerlos de que vuelvan a hablar para que él pueda obtener un registro del idioma. Sin embargo, oculto en el pasado, en el corazón de la jungla, se esconde un secreto en el idioma que hace difícil creer que el corazón de Zikril volverá a latir.
Me encanta cómo se utiliza la barrera del español al inglés como una comparativa de lo que en la película se retrata. Obviamente es muy distinto, pues ninguno de los dos idiomas está a punto de desaparecer, pero funciona para que el público pueda conectar aún más con los personajes, y se sientan identificados cuando esto pasa.
La dirección de Ernesto Contreras es maravillosa. No hace falta que entendamos el Zikril, pues bien dicen que una imagen vale más que mil palabras. Con una simple toma, o con las bellas actuaciones de nuestros dos protagonistas, es que podemos entender lo que dicen. Eso es la narrativa visual.
Siendo honesto, el factor vejez y ancianos, siempre es algo que me saca una lágrima. Me causa ternura, cariño, pero también tristeza. Por ese lado, la película termina funcionando muy bien conmigo.
La película tiene algunas escenas en las que es muy difícil contenerse la lágrima. Ver a Isauro y Evaristo juntos y riéndose, es algo que me llenaba el corazón de ternura y felicidad.
La película es hermosa visualmente. La fotografía es tan simple, pero con ayuda de bellas locaciones, hace que todo esté acorde a lo que un sueño en otro idioma representa.
La historia de amor es bella. La película se siente como un retrato de un mundo que está en agonía, pero a la espera de algo más grande.
Hay algo que no me terminó de convencer, y es el cómo pareciera que ya todo se está solucionando, pero el pasado y el orgullo sigue persiguiendo a ambos, a tal grado que no se termina por consumar este amor/amistad. Cuando uno tiene la iniciativa, el otro se reprime. Y cuando ambos están juntos, algo pasa para que no se efectúe lo anteriormente mencionado.
Unos minutos después de que acabó la película me di cuenta de que no es algo que lo pueda considerar malo como tal, pero sí afectó un poco a mi experiencia en el visionado. Sentía como si no encontraran el momento donde terminar, y se sentía repetitivo.
A pesar de lo anterior mencionado, la película se convierte rápidamente en una de mis películas mexicanas favoritas. La sencillez y el corazón con la que está contada, es digna de apreciarse.
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