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Foto del escritorDavid Cavazos

A Quiet Place Part II: Una digna secuela en la que no se vale gritar

Por: David Cavazos (@DavidCav21)


En marzo del año pasado, la ciudad, los camiones y sus paradas estaban repletas de anuncios de esta esperada secuela debido a que la preventa de boletos había iniciado y su servidor ya estaba por comprar los boletos. Pero todos sabemos lo que pasó después, el Coronavirus azotó provocando que la cinta se postergara constantemente. Finalmente, después de 14 meses, ha llegado y es momento de hablar de ella.

De entrada, sépase que A Quiet Place entró dentro de mi Top 10 de las mejores películas del 2018 por lo que la llegada de su segunda parte era algo que tenía que ver sí o sí, pero con ciertas reservas de que esta película podría sufrir de secuelitis o de intentar establecer un universo. Afortunadamente, puedo decir que el resultado final es muy satisfactorio.


Situada donde la película anterior nos dejó, la familia Abbot se enfrentará a la mayor amenaza que tienen: el mundo exterior. Al salir de su hogar en el valle, los Abbot descubrirán que estás horrorosas criaturas atraídas por el ruido no van a ser el único problema que tendrán que superar.


Para esta película, John Krasinski repite su cargo de director, pero su responsabilidad aumenta al estar como guionista en solitario (la película anterior tenía tres guionistas junto con él) y disminuyendo su rol actoral para que su esposa Emily Blunt sea la titular. A Quiet Place Part II no llega a superar a su antecesora, pero tampoco desentona, otorgándonos una secuela muy digna que mantiene sus virtudes.

El verdadero protagonista de la película es el sonido, ese trabajo impecable de edición sonora es el ingrediente principal que, junto a la música de Marco Beltrami, funciona como el acompañamiento perfecto para lo que es un thriller redondo repleto de adrenalina de principio a fin. Aunque llega a ser algo predecible por momentos, desde su prólogo, donde nos establecen el Día 1 de esta tragedia, nos mantienen al borde del asiento. Ese silencio se convierte en el protagonista y el ruido en el gran villano, además de la mala suerte. En eso Krasinski no falla como guionista ni como director, sabe mantenerte intrigado, mordiéndote las uñas y con el corazón a mil por hora. Sigue siendo una película igual de sencilla que la anterior, aunque con un pequeño aumento de escala. Esto se debe a que ya conocemos a la familia Abbot, sabemos por lo que ha pasado y queremos que se salven de cualquier amenaza que se les presente.


En el elenco tampoco nos falla, Blunt sigue siendo brillante al momento de expresarse y Cillian Murphy se convierte en una muy buena adición. Pero los que se roban la pantalla son Millicent Simmonds y Noah Jupe como los niños Abbot. Si en la primera película ya habían hecho un gran trabajo, aquí lo hacen mejor, mayor expresividad, un mejor rango actoral y, por sobre todas las cosas, momentos donde brillan. También se destaca la presencia de Krasinski en el prólogo, replicando esa tensión que la primera película nos había dejado.

Si estabas dudando de que esta secuela arruinaría todo, no hay mucho de qué preocuparse, esta película no te va a fallar. Te ofrece todo lo que la estupenda primera parte te ha ofrecido, aunque con más momentos de calma que de tensión y uno que otro jump scare efectivo. No se siente (al menos en tu cara) esa sensación de que quieren establecer un universo como otras personas habían comentado, se siente más lineal, como una continuación muy genuina, con causas y repercusiones de lo que está por venir. Incluso, a pesar de que ya hay una tercera parte confirmada, la película tiene un cierre que da el mismo sabor que la anterior, esa esencia de que cierran de forma abierta y cerrada al mismo tiempo, pero tampoco nos establecen cosas para futuras películas, cosa que se agradece.


Mi único detalle con esta película está en la última media hora con la presencia de ciertos “villanos” que realmente se quedaron muy al aire, solamente como una mera conveniencia para complicar más la historia. Probablemente sea el único momento en el que sentí que algo no encajaba o que hacía falta ver un poco más, pero se toman esa licencia para aumentar la efectividad de la tensión que, solamente por ese momento, se sintió un poco gratuita.

A Quiet Place Part II es una muy digna secuela que nos ofrece tensión de la buena y una sensación de peligro constante. Sin ser superior a su antecesora, logra igualar sus virtudes en lo técnico, actuaciones y lo entretenido. Estarás al borde del asiento una vez más y cuidado con que hagas algún ruido al verla, aquí no se vale gritar.

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