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Foto del escritorAle Vega

No Esperes Demasiado del Fin del Mundo:

 

El director rumano Radu Jude ha dejado ya claro a través de su filmografía que sus intereses radican en representar a su ciudadanía, con los males que les aquejaron durante la dictadura, pero también con los comportamientos de la misma después de la revolución, y cómo estos se ha ido desarrollando en la actualidad. Desde la película que fuera su ópera prima y llevara por nombre ‘La chica más feliz del mundo’ (2009) observamos que sus tonos para platicar de estos temas van de la comedia negra hasta los retazos de documentalismo, demostrando que sus ficciones no están en absoluto alejadas de los seres reales y las situaciones cotidianas.

 


Después de un muy breve paso en salas seleccionadas de nuestro país, hoy podemos ver ‘No Esperes Demasiado del Fin del Mundo’ en la plataforma de Mubi. Este reciente largometraje de Jude nos trae como protagonista a Angela Raducani (interpretada por la influencer Ilinca Manolache) una joven que trabaja como asistente de producción y cuenta con sobrecarga de tareas debido a las filmaciones que tiene como encargo para armar un video de seguridad laboral. Su deber se complicará aún más cuando uno de sus entrevistados buscará revelar los verdaderos motivos de su permanente incapacidad.

 

Como puede advertirse en la sinopsis, ‘No Esperes Demasiado del Fin del Mundo’ se concentra en una fémina que tiene sobre sus hombros múltiples tareas por concluir (sin importar lo exhausta o estresada que esté), por lo que la mayor parte del tiempo acompañamos a Angela dentro de su auto, en traslados que parecen no terminar jamás. Radu Jude utiliza este viaje perenne para ejemplificar lo caótico y desgastante de las calles bucarestinas, en las que abundan la hostilidad, la falta de educación vial y los caminos faltos de señalizaciones adecuadas. Hay un momento en el que incluso se comenta dentro de una conversación que en la carretera por la que están transitando hay más cruces en honor de quienes han fallecido ahí que kilómetros que la conforman: el realizador monta una secuencia en total silencio donde se nos muestran varias de ellas, permitiendo que se asiente en nuestra psique el profundo dolor que representan para aquellas familias que han perdido a alguno de sus miembros debido a esta negligencia. 

 

Si bien Angela se encuentra bajo una presión extenuante por terminar sus pendientes y mantener a todos contentos (además de resolver un problema personal concerniente al cementerio), no pierde ni una oportunidad de subir contenido a sus redes sociales, usando su alter ego llamado Bobita, un hombre representado en un filtro que expresa declaraciones misóginas y racistas, a sabiendas de que sus vistas y aprobación aumenta conforme más deleznables son sus grabaciones. Aunque Radu Jude es fiel defensor de apps como Tik Tok e Instagram, argumentando que pueden servir para crear cine, deja en claro que mucho de lo que proviene de ellos va decreciendo en calidad y decencia. Lo que se consume hoy en día es cuestionable por decir lo menos, aceptando que casi nada proveniente de ello aporta positivamente a la urbanidad.

 


Es en los detalles de ‘No Esperes Demasiado del Fin del Mundo’ que descubrimos que nada de lo que Radu Jude exhibe en sus cintas está descuidado o dejado al azar. Las vivencias de Angela se entrelazan con imágenes de ‘Angela Merge Mai Departe’, filme realizado por Lucian Bratu en 1981, que nos acerca a una mujer taxista y las vicisitudes propias de su empleo, que incluyen peligros constantes, acosadores insistentes y hasta un futuro marido borracho. Probablemente el cineasta busca que no olvidemos que las épocas casi nunca cambian para mejorar, a veces ni siquiera se nota una evolución. Si el fin del mundo está a la vuelta de la esquina (como todo parece indicar), seguro que sucederá no por un evento apocalíptico sin precedentes, más bien por la podredumbre que hemos permitido corroa a la sociedad, cual moho expandiéndose dentro de un hogar.

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