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Ad Astra: Introspectiva aventura espacial

El séptimo largometraje de James Gray llega a México pocas semanas después de su estreno en el Festival Internacional de Cine de Venecia, donde tanto el film como la actuación de Brad Pitt recibieron críticas muy positivas.


Al astronauta Roy McBride (Brad Pitt) se le ha encargado la misión de viajar por el espacio para afrontar una desconocida amenaza que pone en riesgo la existencia de la humanidad. Dicha amenaza tiene relación con una misión espacial que su padre realizó años atrás. Por lo que esta aventura que para el resto del mundo significa una luz de esperanza, para él será un viaje con tintes personales.

Contar una historia sobre una aventura espacial que sucede en un futuro cercano es complicado. Es cierto que una narración fantástica permite que el realizador tome libertades creativas de todo tipo, pero también es cierto que al involucrar una realidad cercana se deben cuidar los límites sobre lo que es aceptable y lo que resulta un exceso inclusive en el mundo en el que se desarrolla tu historia. Ad Astra sale avante en esta primera misión ya que cuenta una historia que se desarrolla en distintos puntos del sistema solar y aun así no deja de lado las reglas espaciales que rigen en la actualidad y con las que se planea llegar más lejos en un futuro no tan lejano. Además es una historia que a pesar de estar contada en lugares extraterrestres se siente sumamente humana.


Y es que este film logra cosas que Gravity e Interstellar (por mencionar a los dos films sobre el espacio más importantes de los últimos años) intentaron pero no lograron al cien por ciento, conseguir que la historia personal de nuestro protagonista se entrelace de manera exacta con el relato fantástico. Por supuesto que en esta historia en particular resulta más sencillo porque literalmente el lugar al que va la historia como relato espacial es al mismo al que va la historia como relato personal. Además nuestro protagonista es el único del film, la historia se desarrolla por él, alrededor de él y para él. A pesar de esto el efecto tan íntimo no se lograría sin un gran trabajo de guion por parte de Ethan Gross y el mismo James Gray.

Otro punto positivo de la película es la gran dupla del director con el encargado de la fotografía, el sueco Hoyte van Hoytema, quien fue director de fotografía de Interstellar y Dunkirk. El trabajo de este par es brutal. Por supuesto que el elemento espacial aporta por sí mismo muchos elementos para lucirse, pero esta cinta es visualmente impresionante, secuencias como la inicial o la final son hipnóticas. Pero no son sólo las secuencias que se desarrollan en el espacio las que son impresionantes, también hay escenas en interiores donde el recurso de la luz o de los primeros planos son utilizados de gran manera.


Sin embargo, la mayor virtud de este film se encuentra en su protagonista. Brad Pitt no sólo consigue cargar con todo el peso del film, también nos entrega una de sus mejores actuaciones en su filmografía. Y es que no hay una escena donde su actuación decaiga, al contrario, mientras más avanza la película más identificado te sientes con él.


El problema con este film es su desenlace, que no logra estar a la altura de toda la aventura que ha estado viviendo el espectador. Además, se ilusiona tanto con cómo va a ser el momento final que cuando éste llega genera un sentimiento de vacío, incluso de decepción.

Ad Astra es, quizás, el viaje espacial más introspectivo que se ha visto en la historia del cine, presentando una tesis interesante sobre cómo serán los viajes especiales en un futuro cercano, con grandes valores técnicos, brutal en el rubro visual, con un protagonista que brilla como una estrella pero con un final que siente regular debido a la forma tan impresionante en la que se desarrolla la historia en sus dos primeros actos.


Calificación: 8/10


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