Por: Ale Vega (@PATHGRETEL)
Cuando se menciona el nombre del francés Albert Dupontel, lo primero que se nos viene a la mente es su trayectoria como actor, gracias a las más de cuarenta películas en las que ha participado. Sin embargo, con los años también se ha consagrado como un director reconocible, que imprime un sello en sus creaciones difícil de ignorar: No tiene miedo de mezclar géneros, siempre en pos de abordar temas que no dejan de rondar su pensamiento.
Es por eso que, cuando descubrimos una cinta que tiene como eje central la maternidad y es protagonizada por el propio Albert, podemos concluir que también está bajo su dirección. ‘Adieu les cons’, traída a México bajo el título de ‘Adiós, idiotas’, es la realización más reciente de Dupontel, quien nuevamente enamora al público a través de su integración de comedia, suspenso y drama. Tiene como protagonista a Suze Trappet (Virginie Efira), una mujer a quien le han detectado una enfermedad incurable, por lo que le apremia corregir un error que cometió cuando era joven. Del otro lado del espectro está un ingeniero informático llamado Jean-Baptiste Cuchas (interpretado por Dupontel), quien, a raíz de una decepción laboral mayúscula, decide que ya no quiere vivir. Una vez que los caminos de ambos se cruzan y comprenden que pueden ayudarse mutuamente, emprenderán una carrera contra reloj para salir bien librados de sus disparatados planes. En su trayecto se encontrarán con un encargado de archivos encantador y singular llamado Serge Blin (Nicolas Marié), que se convertirá en parte crucial de sus locuras.
Si bien la sinopsis nos regala un tono ligero y cómico, ‘Adiós, idiotas’ utiliza su hora y media de duración para acercarse a tópicos que no son tan fáciles de tocar: el embarazo en menores de edad, el Alzheimer, la discapacidad, el suicidio, el manejo de armas, la burocracia, la adicción a los dispositivos digitales y la brutalidad policiaca, son algunos ejemplos del interés del realizador por abarcar temas importantes de la situación actual. A través de sus tres personajes principales, además de un médico y un muchacho enamorado, Dupontel nos demuestra lo válido que es abocarse al entretenimiento de la audiencia con el fin de transmitir su mensaje, ya que la película cumple con mantener a su gente interesada, divertida, emocionada y preocupada. No por nada logró ser un éxito en la taquilla francesa, a pesar de la pandemia y los toques de queda que restringían la salida de sus ciudadanos.
La hechura de ‘Adiós, idiotas’ le valió al Albert doce nominaciones a los premios César – el máximo honor cinematográfico de su nación –, de las cuales eventualmente ganó siete. Esto no es cosa menor, y se entiende después de disfrutar del filme: Se maneja cómodo dentro de una historia trepidante gracias al guion que creó y a la frescura de sus protagonistas. Virginie Efira derrocha ternura y honestidad al reflejarse en su versión adolescente, y Nicolas Marié, quien ha colaborado con el cineasta desde que eran estudiantes en obras de teatro, provoca sinfín de carcajadas con comedia sencilla y corporal, muy al estilo de Chaplin. La cinematografía de Alexis Kavyrchine también goza de varios aciertos, mostrando los cambios de una ciudad dinámica y transformada, con colores que van ad hoc a la intensidad de la trama.
El director platica que ‘Adiós, idiotas’ es, en buena medida, un homenaje a la legendaria ‘Brazil’, de su ídolo Terry Gilliam - quien además hace un simpático cameo en esta cinta como presentador de un infomercial de armas -. Podemos observar dicha inspiración en las secuencias de persecución, así como en el desarrollo gradual del frenesí que viven sus personajes. Mención aparte para un cierre que se asemeja, por lo inesperado y descorazonador, a aquel épico de Gilliam, que nos lleva a preguntarnos: Al final, ¿qué tanto importa nuestro final?
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