Blumhouse, o BH Productions, se ha convertido en una compañía productora apreciada por una robusta audiencia. Esto es gracias a que han fincado su interés en distribuir terror de todo tipo, a sabiendas de cuán solicitado es, y ha diversificado sus productos para distinguirse no sólo en el entorno del cine, también a través de videojuegos e incluso de libros. Teniendo en su haber realizaciones elogiadas y exitosas como ‘M3GAN’, ‘The Purge’, o la mismísima ‘Paranormal Activity’, han ido subiendo el estándar de lo que se espera de ellos como referente en la industria cinematográfica.
Su nuevo largometraje llega esta semana a las pantallas de nuestro país bajo el nombre de 'Aguas Siniestras'. ('Night Swim') Tiene como protagonistas a los Waller, una familia que busca cambiar de casa a partir de que el padre (Wyatt Russell), otrora famoso jugador de baseball, se encuentra combatiendo una enfermedad degenerativa. Es así como arriban a su nuevo hogar, del que quedan prendados al descubrir que posee una piscina. Lo que al principio parecía para ellos una terapia de recuperación, se irá tergiversando en una pesadilla que no saben de dónde brota ni cómo vencerla.
Podríamos desmenuzar el contenido que conforma ‘Aguas Siniestras’ y colocarlo en una balanza, revisando sus pros y sus contras. En el lado positivo están, antes que nada, las actuaciones, especialmente las de los padres. Wyatt Russell, a quien disfrutamos en ‘Shimmer Lake’, ‘The Woman in the Window’ y el episodio de la serie ‘Black Mirror’ llamado ‘Playtest’, vuelve al género para mostrarnos a un hombre apesadumbrado por no ser capaz de continuar haciendo lo que ama, pero además furibundo y aterrador debido a fuerzas sobrenaturales. Qué decir de la nominada al Oscar por ‘The Banshees of Inisherin’ Kerry Condon, quien, como madre de dos adolescentes y cuidadora de su marido, constituye la fortaleza principal de la cinta. Aun en los periodos más flojos del guion, este par saca a flote la narrativa para mantener atrapada la mirada del espectador.
Sin embargo, el otro lado de la moneda no es tan alentador. Si bien la película surge como la idea de amplificar lo conseguido con el cortometraje homónimo de Bryce McGuire (que se hiciera viral y le abriera entonces las puertas y contactos), en la hechura se pierde bastante su valor al transformarse en una premisa que no se siente innovadora, mucho menos memorable. Hemos visto ya cuerpos acuáticos ligados a la malignidad (como ‘Dark Waters’ de Hideo Nakata) y adultos poseídos por seres insólitos (Jack Nicholson en ‘The Shinning’, Ryan Reynolds en ‘The Amityville Horror’), por lo que se vuelve inevitable sentir repetitivo este filme. Los elementos que buscan destacarla, como los monstruos que surgen del fondo de la alberca o las escenas en las que ésta se convierte en un pozo infinito, terminan presentando jumpscares vacíos y explicaciones que, en vez de otorgarle profundidad a la trama, la vuelven (si esto es posible) más inverosímil.
Filmada en Altadena y Los Ángeles, en California, ‘Aguas Siniestras’ (‘Night Swim’ en su idioma original) cumple con engrosar la lista del catálogo de autorías de Blumhouse. Tristemente, no se forma en la fila de lo que fueron ‘Insidious’ o ‘Get Out’, sino en la de las olvidables, que poco a poco se vuelven mayoría para esta corporación. Quizás es momento de que, como público, nos preguntemos cuánto más estamos dispuestos a consumir sólo porque hay una productora importante (o nombres rimbombantes como el de James Wan) que les adorna con su marca.
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