Llegó el magno evento del verano: el Barbenheimer. Dos películas muy fuertes están disponibles en los cines de todo el mundo, la esperada Oppenheimer de Christopher Nolan y, quizá, la más anticipada del año, Barbie de Greta Gerwig. Pocas veces se ve esto en cartelera y lo que al principio parecía ser una competencia entre las dos películas, se convirtió en la excusa perfecta para ir al cine a disfrutar de buenas historias.
En esta ocasión, comentaremos la nueva propuesta de Gerwig, actriz que ha sorprendido con sus capacidades como directora en Lady Bird (2017) y la muy gustada Little Women (2019). Y ahora, en 2023, dominará la taquilla con esta historia enfocada en la icónica muñeca de Mattel, la cual cuenta con un guion también de su autoría y de Noah Baumbach, contando con la presencia de Margot Robbie como Barbie y Ryan Gosling como Ken, además de un elenco enorme. Todo está destinado a que esta sea una de las películas más destacables del año.
En Barbieland todo es perfecto, todo es brillante y todos son felices. La Barbie estereotípica (Robbie) disfruta mucho de su vida en su casa soñada, en compañía de la Barbie Doctora, la Barbie presidenta y el resto de sus amigas. Un mundo donde Barbie reina y Ken, simplemente es lo que es. Pero de un momento a otro, una serie de crisis existenciales sobre la muerte hacen que nuestra protagonista sufra imperfecciones no solamente en ella, sino en su entorno. Para salvar su mundo perfecto de lo imperfecto, Barbie y Ken se van al mundo real para que esta primera sea reparada. Pero Barbie tendrá un golpe de realidad al ver que este universo no es lo que realmente espera, pues se encuentra con un mundo sexista y dominado por hombres que le resulta raro. Barbie siempre nos ha hecho saber que hay que ser lo que queramos ser, pero el verdadero reto para Barbie será, justamente, saber qué quiere ser.
Barbie es el vehículo perfecto para que Gerwig pueda plasmar su certero discurso sobre el papel de una mujer en la sociedad actual, así como manifestar esa lucha de género que en otros lados se ha caricaturizado. Es muy agradable ver que una película muy comercial, diseñada para las masas, tenga la esencia autoral de una directora tan capaz como Greta, haciendo que una historia como esta no se sienta artificial, que aquel mundo de plástico que nos presentan tenga algo de fondo.
Adicionalmente, el guion de Gerwig y Baumbach nos plantea cuál es la perspectiva de Barbie en el mundo real. Una muñeca diseñada para quitar estándares a las niñas que las rebajaban a ser cuidadoras de bebes pasa a ser una forma de elevar sus estándares para que estas lleguen a aspirar muy alto, como también esa parte ruda que Barbie representa a la perfección, no solo en su físico, sino también en su forma de ser, sirviendo como detonante de inseguridades en las personas. La película no busca ser una glorificación de la marca, sino una burla de este mundo perfecto y lo reducido que puede estar en comparación con la realidad, lo que desata una cómica lucha entre matriarcado y patriarcado que funge como una sátira eficiente.
Margot Robbie y Ryan Gosling lideran perfectamente el elenco. Definitivamente estaban destinados a ser Barbie y Ken, respectivamente. Su dinámica es tan divertida que reluce en pantalla. Para algunos, Ken será el que se roba la película gracias a su fascinación por descubrir el patriarcado, algo muy ajeno a lo rebajado y sobrado que está en su mundo. Su momento musical, I´m Just Ken, es todo un deleite. Mientras que Barbie nos rodea de encanto y diversión, pero también de momentos emotivos donde la acompañamos para descubrir su verdadera identidad, qué es lo que realmente quiere ser, tomando como punto de partida que la perfección de su mundo no dejará de ser una rutina y que puede aspirar a ser más. Dentro de este enorme elenco, prefiero destacar también a Michael Cera como Alan, America Ferrera como la humana Gloria, quien posee un monologo muy bueno, Rhea Perlman y Will Ferrel, este ultimo resulta el más débil debido a su ejecución en la historia, pero posee momentos muy divertidos en medio de esta comedia referencial.
No se debe dejar pasar ese diseño de producción cortesía de Sarah Greenwood (entre su historial está Orgullo y Prejuicio, por ejemplo), que seguramente será uno de los más comentados de todo el año. El mundo real da igual, pero Barbieland es tan vistoso y alucinante que realmente sientes que eres parte de ahí, como si fuéramos niños que tienen la casa de Barbie o Ken y jugáramos dentro de ellas. Un mundo de plástico y colores pasteles jamás se había sentido tan vibrante en la pantalla grande, con dos secuencias musicales igual de brillantes. Al igual que la fotografía de Rodrigo Prieto, que hace relucir Barbieland de manera eficiente.
Lo que podría pesarle a esta película y que la hace estar algo lejos de la perfección es cómo soluciona sus temas. Tratándose en parte de esta lucha entre el rol de género, la película no ahonda demasiado en el tema, pero puede servir de ejemplo para un público adolescente que puede descubrir estos temas más a fondo. Si bien hay una muy leve profundidad en estos temas, la solución de los mismos es de profundidad nula, se resuelve de una manera muy fácil. Divagaron tanto en el tema que perdieron mucho tiempo y al final su resolución quedó lo más simple posible, casi caricaturizando que lo que se pretendía no caricaturizar. Como también los personajes de Sasha, Gloria y el presidente de Mattel. En un principio están bien establecidos, pero después pierden rumbo y son despedidos de una manera tan abrupta que se quedan en la nada, restándoles la presencia que poco a poco se iban ganando.
Barbie se convertirá en todo un fenómeno cinematográfico, no solamente de este verano, sino del año. Una muestra de la mezcolanza que puede dar el cine comercial y el cine de autor para no solamente entretener, sino también proponer. Aunque la ejecución de su mensaje no sea la mejor de todas, la deslumbrante presencia de Robbie y Gosling es razón suficiente para caer rendido ante la perfección de Barbieland.
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