Por: David Cavazos (@DavidCav21)
Vaya, estamos ante una película independiente, que planeaba ser estrenada en cines y en el festival de cine Tribeca, pero debido a la situación actual de la pandemia, sólo vio la luz en renta digital y algunos auto cinemas. Pero creo que es un excelente momento para hablar de esta pequeña producción que simplemente, me hizo retorcer del dolor en el buen sentido. Hablemos de Becky.
Becky (Lulu Wilson) es una niña de trece años que no ha tenido el mejor año realmente. Su madre falleció, la extraña mucho y su padre Jeff (Joel McHale de Community) tiene una nueva pareja, ambos ya comprometidos, algo que tampoco le agrada. La idea de pasar un buen rato en la casa del lago se ve interrumpida cuando un grupo de delincuentes neonazis llamados La Hermandad Aria, liderados por Dominik (la sorpresa de la película, Kevin James) invaden la casa con el fin de encontrar una llave que podría ser la puerta a algo grande. Obviamente que nuestra heroína no se quedará con los brazos cruzados pues hará lo posible para salvar a su padre y su prometida. Ante esa premisa nos embarcaremos en un viaje salvaje y violento dentro del bosque. Dirigida por Jonathan Milott y Cary Murnion, esta producción es una de las más interesantes del año, más por las actuaciones y toques gore, que por su guion.
Me gustaría empezar por su elenco, probablemente, lo más destacable de toda la película. Para empezar, no es una sorpresa ver a Lulu Wilson en esta clase de historias, teniendo una experiencia ya en el cine de terror comercial. Si bien el concepto de la niña salvaje asesina ya ha existido en producciones más antiguas de lo que ustedes podrían creer, por no usar Home Alone (1990) de ejemplo, Wilson le pone la rabia suficiente para interpretar a una chica que comete tremendas salvajadas con lo que tiene a la mano. Joel McHale deja su lado cómico y sarcástico de la televisión para mostrar un papel más serio y dramático en esta ocasión, una interpretación que funciona pero que es opacado por otro actor, quien es realmente lo que me llamó la atención para ver esta película: Kevin James.
El actor buen amigo de Adam Sandler y recurrente protagonista de algunas producciones de Happy Madison aplica lo que su buen compadre aplicó en la grandiosa Uncut Gems (2019) para convertirse en el villano de esta historia, un monstruo neonazi. No tiene perdón, no tiene misericordia y realmente es aterrador, tanto su personalidad como lo que le sucede en el filme. En un papel completamente serio, James hace un gran trabajo además de darle buena batalla a Becky. Honestamente, me he llevado una gran sorpresa con ese personaje y puedo decir que es, junto con Becky, de los mejores actores en la película. Es agradable ver cómo Sandler salió de su zona de confort en la obra maestra de los hermanos Safdie, Chris Rock lo hará con la reciente entrada de Saw, Spiral y James lo haga en esta producción indie al que muchos deben prestarle atención.
En cuanto el apartado técnico se refiere, la película es muy correcta. En la edición está su mayor virtud con el interesante juego de transiciones mezclando interacciones a distancia con los personajes. La fotografía de Greta Zozula le saca un mejor provecho al bosque y la intensidad de la atmosfera. También es importante destacar la música de Nima Fakhrara, con un uso del sintetizador que levanta merecidamente la tensión del thriller con toques gore (horriblemente bien hechos). Ahora bien, en lo positivo del guión, la película sabe lo que quiere ser.
Es un filme salvaje, con cierto grado de ridiculez que toma muchas pero muchas conveniencias para justificar lo que sucede en la película. No esperen una obra compleja en su totalidad, pero tiene un detalle interesante. La película te confunde a cierta manera porque si bien la Hermandad Aria son los villanos de la película, son mucho más suaves que la misma Becky. Obviamente es un filme de venganza con home invasion, pero para el tercer acto, la actitud vengativa de Becky va más allá, a tal grado de ser más poderosa que los adultos, cuando en la vida real sería al revés. Es un interesante punto de vista, a tal grado de no saber realmente quién es el villano, quién es más cruel y salvaje. Un festival de sangre y violencia es lo que nos puede esperar porque me fue muy fácil taparme los ojos con cada hazaña sangrienta, pero tiene otras cosas que no convencen mucho.
El concepto de MacGuffin se le atribuye a un objeto que es el punto de interés en los personajes de una película y que depara el destino de los mismo. Un concepto usado muchas veces en el cine y la televisión, Pulp Fiction (1994) es el mejor de los ejemplos. El ejemplo en esta película es la llave con el símbolo de la hermandad Aria. Bien, pues ese ejemplo es de lo que menos te explican en los 90 minutos de la película. El personaje de Kevin James intentó explicarlo, pero no te convence. Nunca terminas sabiendo para qué era esa llave y qué pasaría después. Se supone que debe ser lo más importante de la película, pero realmente no sirvió de mucho. Básicamente, la película es más disfrutable por las hazañas que suceden, porque la subtrama del secuaz de Dominik, también se siente muy superficial con todo y empatía que genera. Por último, lo predecible del tercer acto que no tiene sorpresa alguna más que en la psicología del personaje de Becky.
Con todo y problemas, Becky es un muy sólido viaje salvaje, sangriento y violento, que tiene más valor en las actuaciones de Lulu Wilson y Kevin James. Tensa, atrapante, aunque algo incompleta en su guion, pero es igual de entretenida e interesante en su apartado técnico. Quizás esa llave no era lo verdaderamente importante, sino la locura del festival gore al que nos enfrentamos. Te retorcerás de dolor, pero eso no hará que dejes de verlo.
Comments