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Cats: Por esto prefiero a los perros

Primera adaptación cinematográfica del icónico musical de Andrew Lloyd Weber estrenado en el West End de Londres un 11 de mayo de 1981.


La trama de esta cinta gira en torno a los gatos Jélicos en la noche de la elección jelical, una solemne ceremonia en la que esta tribu decide cuál de sus integrantes será el indicado para renacer en una nueva existencia.

La relación entre el cine y el teatro musical siempre ha sido estrecha. Si una película del género triunfa en la gran pantalla es cuestión de tiempo para que sea representada sobre los escenarios, inclusive muchas de ellas llegan a ser más icónicas para el teatro que para el cine, ‘The Lion King’ y ‘Beauty and the Beast’ son muestras de ello. Cuando las cosas se revierten la historia no es muy diferente, muchas películas musicales importantes en la historia del cine primero fueron exitosas puestas en escena, ‘West Side Story’, ‘The Sound of Music’, ‘Vaselina’, ‘Cabaret’, ‘Chicago y ‘Los Miserables’ son sólo algunos ejemplos. Con todos estos antecedentes resultaba extraño que una obra como ‘Cats’, que además se ostenta como la cuarta producción teatral con más representaciones ininterrumpidas en la historia de Broadway, nunca hubiera tenido una adaptación al cine. Lamentablemente tuvo que llegar esta película para hacernos entender que no había ningún problema con que ‘Cats’ se quedara tras el telón.

Y es que la idea de llevar esta obra a la pantalla grande no es algo nuevo, desde los 90 se viene coqueteando con esa posibilidad, inclusive Steven Spielberg tuvo serias intenciones de adaptarla aunque en formato animado. Si ‘Cats’ no había llegado al cine no era por falta de ganas sino porque no es un producto fácil de adaptar y la razón de esto atiende a algo muy sencillo, la diferencia entre los códigos del teatro y del cine.

El código teatral es muy particular. Entenderlo nos permite ver con normalidad que personas se disfracen y maquillen como felinos y tengamos que creer que son gatos de verdad, o que un hombre sólo se ponga una diadema que trae consigo una especie de máscara y lo veamos como un león. Entrar a este mundo es complicado, no muchos se sienten a gusto con ello, pero es precisamente esto lo que convierte al teatro en la mágica experiencia que es. Pero así como el teatro, el cine también tiene su propio código y en éste no es normal mostrar cosas para que el espectador imagine que son de otra manera porque el cine tiene la capacidad de hacer tangible lo que para otros medios resulta imposible. Entonces sí, hacer una adaptación de ‘Cats’ es, pos su simple naturaleza, una tarea complicada, el asunto es que de todas las formas posibles en las que se podría adaptar este musical al cine Tom Hooper y compañía eligieron la peor de todas.


El primer error de esta cinta lo conocimos desde el tráiler: el horrible, en verdad horrible, CGI (Imágenes Generadas por Computadora). Empecemos por el punto de que nuestros personajes no son ni personas, como en la puesta en escena, ni animales animados totalmente por computadora, como los de las nuevas versiones de ‘El Libro de la Selva’ o ‘El Rey León’, más bien estamos ante una especie de gatos antropomorfos que en apariencia son felinos pero tienen caras y extremidades humanas. Lo peor de esto es que no hay una idea clara de lo que se quiere con el diseño de los gatos. Algunos de ellos tienen pies de humano pero peludos como felinos, otros gatos sólo tienen los pies normales de los actores y algunos usan hasta zapatos. Lo que sucede con las manos es aún peor, algunos tienen manos peludas pero otros manos normales, sin ningún tipo de maquillaje o efecto visual, inclusive al personaje de Judi Dench trae consigo su anillo de compromiso. En cuanto al vestuario algunos felinos están vestidos con gabardinas o smokings mientras que el resto nunca usa ropa, entonces ¿los demás gatos están desnudos? Y ni que decir de las partes íntimas de los gatos, la mayoría de las hembras tienen pechos pero ningún macho tiene nada ¿acaso son asexuales? Es increíble y lamentable que no pudieran ni siquiera dejar claras las reglas con las que se rige el diseño de sus personajes, como si los involucrados en esto fueran principiantes.

Si tuviera que elegir un solo número musical que fuera suficiente para exponer todo lo que está mal en ‘Cats’ en cuanto al diseño de los animales elegiría, sin dudarlo, el de la gatita Bombonachona, interpretada terriblemente por Rebel Wilson. En esta secuencia vemos a esta gata quitarse la piel como si de un abrigo se tratara para dejar al descubierto un vestuario de cirquera ¿De verdad los gatos tienen bajo su piel ropa? Pero lo peor probablemente de toda la película es la aparición de ratones y cucarachas con caras humanas ¡CUCARACHAS! Todo este número musical es capaz de generar risa, asco y pena ajena en cantidades iguales.


Sobre la historia en sí tampoco hay mucho que rescatar. Para empezar es inverosímil de pies a cabeza, la escena inicial nos da a entender que la historia se va a desarrollar en el mundo real, en el que hay humanos, pero nunca vemos a ninguna persona aunque estos felinos se pasean por todo Londres, inclusive llegan a estar en un barco sobre el Río Támesis. Además, si es el mundo de los humanos ¿Por qué carajos hay locales de tamaño normal exclusivos para gatos? También está nuestro villano, quien es un gato con superpoderes capaz de desaparecer a los demás felinos sin ningún tipo de esfuerzo, pero si es tan poderoso ¿Por qué no usa sus poderes para lograr su cometido? Los guionistas involucrados en esto ni siquiera fueron capaces de desarrollar un universo con reglas claras, mezclaron un mundo de fantasía donde solo coexisten gatos con un el mundo normal. Narrativamente esta película es ridícula por donde le busques.

El encargado de dirigir esto es el británico Tom Hooper, quien es el ejemplo claro de que la madurez no es sinónimo de calidad. Este hombre comenzó la década ganando el Oscar como Mejor Director por ‘The King’s Speech’, un par de años después dirigió ‘Les Misérables, uno de los mejores musicales de los últimos años, su nivel decreció considerablemente en 2015 con la fallida ‘The Danish Girl’, la cual por lo menos consiguió darle un Oscar a su actriz de reparto. Ahora con ‘Cats’ no sólo vuelve a bajar su nivel como director, también puede ser el proyecto que terminé con su carrera como un cineasta con cierta importancia dentro de la industria del cine. Gran parte de los errores ya expuestos son responsabilidad directa de Hooper, pero a todo ello también se suma una pésima dirección de actores y lo desastroso que resultan visualmente sus números musicales, desde sus movimientos de cámara hasta las coreografías. Y es que nunca queda claro si Hooper quería hacer un producto orgánico con un estilo teatral o un festín visual lleno de luces, colores, movimientos y escenarios. A veces un solo número tiene un poco de ambas y como espectador no terminas por entender cuál es el tono de lo que estás viendo. La mayoría de estos números musicales resultan somníferos y los que logran funcionar lo hacen porque auditivamente son una buena experiencia, pero esto no es más que simple herencia del musical.


Hay un par de cosas que sí se le pueden reconocer a Hooper, tanto como director como guionista, aunque el resultado de ambas no haya sido el mejor. La primera es que se haya arriesgado al no sólo presentarnos escenarios pequeños que convirtieran a su película prácticamente en una obra filmada e intentar, por momentos, que se convirtiera en una experiencia visual importante. La segunda es que consigue darle un pequeño giro a la historia para tener una protagonista clara y enlazar la historia de esta con la del personajes más representativo de la puesta en escena.


Lo que a un servidor mantuvo despierto durante esta cinta fue el morbo por comprobar lo que todos decían, pero estoy seguro que lo que a muchos (o por lo menos a los que vieron la obra) mantendrá despierto serán las ganas de ver la adaptación del que resulta el momento musical más importante de la obra, y quizás el más popular de todo el teatro musical, el número en el que la gata Grizabella interpreta la canción ‘Memory’. En esta versión este personaje es interpretado por Jennifer Hudson, quien logra cumplir, sin brillar, con su actuación pero que se lleva las palmas al momento de interpretar su canción. El problema con este número es que llega un momento de la canción en el que Hudson comienza a llevar su interpretación al máximo, como si estuviera sobre un escenario, y en ese momento sus gestos se tornan sumamente exagerados, con todo y moco incluido al estilo Viola Davis, esto hace que el espectador vuelva a salir de este mundo debido a que tenemos esta carga gesticular que no va con las expresiones tan contenidas que la mayoría de los gatos tienen durante todo el film. No es fácil para el cerebro humano ver a un gato gesticulando de esa manera.

En conclusión, hay historias que funcionan muy bien sobre los escenarios pero eso no quiere decir que puedan triunfar en la gran pantalla ya que tanto el teatro como el cine tienen sus propios códigos y ‘Cats’ es la muestra clara de ello. Las actuaciones de este film son terribles, y aunque la historia en el musical no es soberbia en esta adaptación resulta ser mucho más pobre e inverosímil, los números musicales no transmiten nada al espectador y todo lo relativo al diseño de los animales es para llorar. Los rumores eran ciertos, Cats apesta.


Calificación: 3/10

Por: Freddie Montes (@FreddieMontes)

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