Por: Ale Vega (@PATHGRETEL)
Cada cierto tiempo aparece una cinta que despierta en los críticos la frase “Carta de amor al cine”. Observamos que los realizadores lo homenajean a través de sus infancias, o quizá haciendo alusión a quienes los inspiraron, incluso cuando retratan algo meta, como una película dentro de otra. Es una frase que se han manoseado sobremanera, y no por eso deja de surgir. Es por esto que un filme que pareciera ser justamente su antítesis se recibe con sumo agrado, cual bocanada de aire fresco.
La dupla argentina conformada por Gastón Duprat y Mariano Cohn, quienes ya tienen en su haber cintas reconocidas como ‘El Ciudadano Ilustre’ y ‘El hombre de al Lado’ vuelven a la pantalla grande con su más reciente producto, que lleva por nombre ‘Competencia Oficial’ (aprecie usted la sagaz doble lectura del título). Comienza con la aparición del millonario Humberto Suárez (José Luis Gómez), quien está interesado en dejar un legado que además sirva para limpiar su nombre, por lo que pretende financiar una película. Para ello consigue a Lola Cuevas (Penélope Cruz), la muy particular directora de moda, misma que llama para sus papeles principales a Félix Rivero (Antonio Banderas), exitoso protagonista de blockbusters y a Iván Torres (Oscar Martínez), actor de teatro y profesor. Estas tan opuestas personalidades chocarán constantemente durante los ensayos, creando una tensión que se acentuará con las peculiaridades de la cineasta. El trío intentará, en medio de ironías y rarezas, que los egos de cada uno no terminen por aplastar la realización.
‘Competencia Oficial’ nació de la manera más original: Penélope Cruz y Antonio Banderas (quienes, a pesar de su gran amistad, sólo habían trabajado juntos en ‘Los Amantes Pasajeros’ de Almodóvar) buscaron colaborar con Duprat y Cohn, ya que fueron fans de sus filmes anteriores, al igual que de las apariciones en éstos de Oscar Martínez. Tuvieron que reunirse para crear la trama en conjunto, que deseaban tuviera como base una mirada a las singularidades de la labor actoral. Sale de esta lluvia de ideas el guion final – en el que también acompañó Andrés Duprat -, en donde los involucrados compartieron las experiencias que han tenido con organizadores, productores e histriones, y armaron con éstas un rompecabezas que, si bien está contado como un drama, rezuma sarcasmo y comedia por doquier.
Por supuesto, la entrega final de estos monstruos de la industria no decepciona. Nos permiten observar de cerca los procesos (algunos necesarios, otros extravagantes) de los implicados con cierta sorna, aunque tiene como acierto reducir los gags al mínimo, por lo que las risas provocadas en el público resultan orgánicas y espontáneas. En una esquina visualizamos a una estrella orgullosa de su éxito en Hollywood y sus premios, que sabe que su fama le precede y disfruta de ello. En la otra, a un actor comprobado que toma muy en serio sus trabajos independientes y no busca que el dinero sea su prioridad, casi prefiere rechazar el status. Aunque se entienden como entes disímiles, ambos caen inevitablemente en la misma vorágine: a la hora de ser el titular, los dos se sienten merecedores, ninguno se va a hacer a un lado. Acostumbrados a ser laureados, habrá pataleos, insultos y provocaciones, además de una directora que se regodea en el caos al mismo tiempo que lo padece.
Estrenada en el Festival de Cine de Venecia del 2021 (cuyo público vio cómo se destruía el anhelado León de Oro en una de las escenas), ‘Competencia Oficial’ no es en absoluto una carta de amor al cine. Es más bien una suerte de crítica mordaz a su propia corporación, cuya “maldad” se presenta con gracia, elegancia e inteligencia. Claro nos queda que sólo unos genios podían trasladar esta ácida idea a una hechura cinematográfica impecable… y lo logran, cosa que aplaudimos entre sonrisas y admiración.
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