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Foto del escritorDavid Cavazos

Dear Evan Hansen: Un musical insípido que te obliga a sentir emociones

Por: David Cavazos (@DavidCav21)


Este 2021 ha sido un buen año para los musicales, ya tuvimos un gran trabajo como In the Heights, Annette también aportó mucho. Tampoco se cree que West Side Story de Steven Spielberg vaya a fallar. Pero, tarde o temprano, un musical de estreno tenía que romper la racha ganadora de manera estrepitosa. Desafortunadamente este título se lo lleva Ben Platt con la adaptación de su aclamado musical de Broadway Dear Evan Hansen, de la mano del director Stephen Chbosky, con la música elaborada por los responsables de The Greatest Showman, pero también con controversia pues decidieron a poner a Platt (próximo a cumplir 28 años este 24 de septiembre, fecha en la que se estrena la película en cines) a interpretar al protagonista de esta historia, un estudiante de prepa. Con ese antecedente, nos llega la película para demostrarnos por qué existe una gran cantidad de gente que no le gusta el género del musical.

El joven estudiante Evan Hansen sufre de trastorno de ansiedad, le es difícil comunicarse con los demás, pero la vida de Evan comienza a cambiar cuando Colton, uno de los compañeros de su escuela, se suicida y encuentran una nota muy emocional firmada por Evan, la nota que podrán leer en el poster de la película. Mientras todos piensan que Colton y Evan tenían una gran amistad, la realidad es que Evan se escribió esa nota para sí mismo. Pero ese pequeño secreto le traerá algunos de los mejores momentos de su vida, aunque tarde o temprano la mentira le va a costar.


Los que se quejan de la elección de Ben Platt en el rol protagónico cuando la edad no le queda, déjenme decirles algo… Platt es el menor de los problemas aquí. En In the Heights supieron hacer las cosas bien al pasar la batuta a Anthony Ramos para hacer de Usnavi (papel que en la obra de teatro era interpretado por Lin-Manuel Miranda) y dejar que éste último tome el rol del piragüero. ¿Por qué no hicieron lo mismo con Dear Evan Hansen? Sé que Ben Platt es alguien muy talentoso y que es un muy buen actor y cantante, pero éste no era su papel y, si lo hubiera sido, el trabajo de maquillaje no le ayudó mucho. Para interpretar a alguien de 17, se notan sus 27. Uno esperaría que fuera el único desperfecto de esta historia, pero se han superado negativamente.

Bien dijo una vez el personaje de Ben Schwartz en la serie de Netflix, Space Force: “The Greatest Showman es una muy mala película con buenas canciones”. Con Dear Evan Hansen, ni siquiera gran parte de las canciones la rescatan (y eso que Justin Paul y Benj Pasek ya trabajaron en el musical protagonizado por Hugh Jackman), porque irónicamente se sienten inorgánicas con la película, carentes de energía y emoción, al grado de aburrir. Es una pena porque Stephen Chbosky nos dio un muy buen coming of age con Las Ventajas de ser Invisible y Wonder, pero en esta película sentí algo muy similar como con The Greatest Showman, se esmera tanto en hacerte sentir mal por Evan, en hacerte sentir bien por lo bueno que le pasa, pero el guión de la película se siente tan insípido que las emociones no están bien ganadas. Nos obliga a conectar con la historia y los personajes, pero entre más nos obliga, más nos alejamos. El resto del cast, Julianne Moore, Kaitlyn Dever, Amy Adams, Nik Dodani y Colton Ryan, hacen lo que pueden con lo que tienen, pero el guión y la historia no puede hacer mucho por ellos.


Además, la edición de esta película es un desastre, queriendo tener el mismo ritmo que la música, pero no te hace apreciar nada. La parte musical quizás llega a ser lo poco que pueda rescatarse, pero al menos una o dos canciones, entre ellas la canción con la que iniciamos Waving Through a Window, porque es la que mejor podemos apreciar con la edición. Es triste porque la fotografía está a cargo de Brandon Trost, un director de fotografía que hacen bien su trabajo, pero es demasiado sencillo para un musical y éste género requiere de su propia magia, de la cual esta película carece.

No sé cómo sea la obra, debe ser mejor, supongo. Pero de todos los musicales que llevamos este año y los que quedan, Dear Evan Hansen es una carta que tiraría a la trituradora.

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