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Doctor Sleep: Cine de fantasía que busca homenajear el resplandor de King y el de Kubrick

Film basado en la novela homónima de 2013 del escritor Stephen King, la cual es la secuela del libro ‘The Shining’ de 1977.


Han pasado varios años desde que Dan Torrance (Ewan McGregor) escapó del Hotel Overlook junto a su madre, pero todo lo que ahí sucedió lo ha convertido en un hombre sumido en el alcohol y la depresión. De manera fortuita Dan conoce a Abra (Kyliegh Curran), una niña con el mismo don que él. Juntos deberán acabar con una secta dedicada a asesinar a todos aquellos que tengan la capacidad de ‘resplandecer’.

‘Doctor Sleep’ está dirigida por Mike Flanagan, un hombre dedicado al cine de terror cuyas mayores obras están tan alejadas de ser desastrosas como de ser sobresalientes, quien ha encontrado sus mejores momentos de la mano de Netflix ya que para esta plataforma dirigió y coescribió en 2017 la adaptación cinematográfica de otra novela de Stephen King llamada ‘Gerald’s Game’, además de ser creador de la exitosa serie de terror ‘The Haunting of Hill House’. Curiosamente Flanagan nos regala su mejor película hasta ahora con una historia que, contrario a lo que muchos puedan pensar, se aleja del terror y se acerca mucho más a la fantasía.


Desafiando los estándares de las películas de terror actuales, Flanagan aleja su obra de los típicos jump scares y de las atmosferas que por sí mismas provocan horror en el espectador para desarrollar una obra que juega en los terrenos fantásticos, donde nuestros personajes, tanto héroes como villanos, se sienten reales y cuentan con motivaciones verdaderas. Evidentemente parte del mérito es del autor de la novela en la que está basada esta cinta pero en muchas ocasiones hemos visto como adaptaciones de las obras de Stephen King han tomado el camino fácil, el del terror barato sin desarrollo de historia cuya única meta es el éxito monetario, ejemplo claro de esto es la segunda entrega de ‘It’ estrenada también este 2019.

‘Doctor Sleep’ es un film que se cocina a fuego lento, las imágenes y situaciones impactantes se toman su tiempo para aparecer en pantalla. La primera mitad de la película es una presentación extendida de nuestros personajes, lo cual podrá resultar tedioso para algunos pero que permite entender a la perfección el psique de Dan Torrance, podemos descubrir todo lo que los fantasmas de su pasado repercuten en lo que es en el presente; también nos permite empatizar con el personaje de Abra, nuestra nueva protagonista, la cual sin un buen desarrollo de personaje como el que se le da aquí podría resultar molesta o hasta un estorbo para las otras subtramas que se están desarrollando y que puedan resultar más interesantes; así mismo consigue que el espectador conciba a los villanos como unos verdaderos monstruos a pesar de sus razones y de su interesante estilo visual.


El mayor riesgo de esta cinta es que quiere dejar contentos a todos, busca apegarse a la novela de King y a la vez servir como secuela de la cinta ‘The Shining’ de Stanley Kubrick, una tarea que parecía imposible pero de la que, sin ser sobresaliente, sale bien librada. La primera dificultad aquí era que hacer una segunda parte de una de las grandes obras en la historia del cine con buenos resultados sería casi imposible, pero igual de imposible resultaría presentar en cines la secuela de ‘The Shining’ sin enlazarla con la película de Kubrick. ¿Por qué tanto problema si a final de cuentas es el mismo universo? Pues porque aquella adaptación cinematográfica provocó que el señor King rabiara durante años al alejarse en muchos puntos de la historia original.


Entonces ¿Cómo es que Flanagan logró unir de buena manera el resplandor de Kubrick con el resplandor de King? Sencillo, los dos primeros actos son la adaptación cinematográfica de la novela con fugaces recreaciones a manera de flashbacks de la película pero que en ningún momento rompen con la esencia de la historia. En el tercer acto, Flanagan decide concluir su historia en el Hotel Overlook (lo cual no es spoiler porque se ve en el tráiler), lugar que en libro queda destruido pero en la película únicamente termina deshabitado. Esta combinación de historias terminó por dejar contento a Stephen King, quien ya declaró que esta cinta le gustó mucho, y sin duda logrará lo mismo con todos los que nos dejamos maravillar por la odisea de terror del grandísimo Stanley Kubrick.

Sin embargo, y de manera curiosa, uno de los pocos problemas de esta cinta es precisamente la parte en la que deja de ser King para convertirse en Kubrick. No porque el último acto sea malo pero sí poco arriesgado y por ende decepcionante. Y es que teniendo a su disposición todos los elementos de la película junto con el CGI actual que te permite hacer y reproducir en pantalla lo que se te venga en gana, Flanagan decide tomar el camino sencillo y usar el Overlook como simple escenario de su final a pesar del sinfín de posibilidades que tenía en sus manos para culminar su obra de manera sobresaliente. Como dirían los clásicos “La tenía, era suya y la dejo ir”.


Quizás usted, querido lector, se pregunte porque menciono tanto a Flanagan pero es que este hombre no solo funge como director de la cinta, también la escribe y hasta edita, por lo que podríamos concluir que en cuestiones creativas él es el total responsable de lo que aquí sucede. Además de estos rubros, también hay que reconocer el trabajo realizado por el director de fotografía, así como los apartados de diseño de producción sonido en general.


En cuanto a las actuaciones podemos hablar de un trabajo casi impecable. Ewan McGregor es brutal como el adulto Dan, consigue capturar la esencia de aquel niño que resplandecía y logra cargar con todos los momentos de la cinta en los que su personaje es protagonista más que de una película de fantasía o de terror, de un drama sobre el peso del pasado y los estragos del alcoholismo en un ser humano. Rebecca Ferguson como la líder del clan es fantástica, logra hacer suyo al personaje de tal manera que parece haber sido concebido para ella, hay fugaces momentos en los que está sobreactuada pero son tan instantáneos que no consiguen arruinar su gran trabajo. La pequeña Kyliegh Curran en el papel de Abra es encantadora y cumple a la perfección con la concepción de su personaje, logra sobresalir incluso cuando comparte pantalla con McGregor y Ferguson. Bueno, hasta Jacob Tremblay que aparece menos de cinco minutos entrega una actuación brutal.

En conclusión, ‘Doctor Sleep’ no es una película para quienes buscan ir al cine a brincar de sus asientos en múltiples ocasiones, más bien es una fantasía que se toma su tiempo en llevar las emociones al máximo y prefiere desarrollar a sus personajes y sus historias. Intenta y consigue quedar bien tanto con el resplandor de King como con el de Kubrick, aunque cuando llega a homenajear a este último se queda corto en ideas. Correcta en casi todos sus rubros y para un servidor una de las grandes sorpresas de este 2019.


Calificación: 7/10

Por: Freddie Montes (@FreddieMontes)

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