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Foto del escritorAle Vega

El Último Vagón: De la enseñanza, la lectura, y el sentido de pertenencia


Es hasta cierto punto frecuente encontrar en el cine historias en las que los profesores son eje temático, de varios cortes y géneros. Comedias como ‘School of Rock’ (Richard Linklater, 2003), thrillers como ‘Les Diaboliques’ (Hneri-Georges Clouzot, 1955) o dramas como la gran ‘The Kindergarten Teacher’ (Nadav Lapid, 2014), se han vuelto referencia en lo concerniente a la profesión.


Empero, no es tan común que esto suceda en la filmografía de nuestro país. Salvo algunos ejemplos recurrentes – como ‘La Maestra Inolvidable’ de René Cardona o ‘El Profe’ de Miguel M. Delgado -, el tópico no se explora demasiado. Es justo por eso que vale la pena acercarse a la nueva película de Ernesto Contreras, quien ya nos ha conquistado con sus cintas anteriores, y hoy vuelve a las pantallas para presentarnos ‘El Último Vagón’.

Este largometraje nos cuenta de Ikal (Kaarlo Isaac), un muchachito que viaja constantemente por el trabajo de su padre, por lo que se siente ajeno a cualquier lugar al que arriba. No obstante, algo se siente diferente cuando llegan a su nuevo destino, ya que de inmediato hace amistades como la simpática Valeria (Frida Sofía Cruz) o Chico (Diego Montessoro), el rebelde del pequeño pueblo. Sin embargo, el mayor impacto en la situación de Ikal se detonará a través de Georgina (Adriana Barraza), la maestra encargada de dar clases en la escuela vagón Malinalli Teneplat, quien con su entrega y virtudes en la enseñanza logrará que Ikal vea su vida y entorno de forma distinta.


Aunque la película es una adaptación de la novela homónima de la escritora española Ángeles Doñate, el realizador logra que su hechura se sienta plenamente ambientada en México, por lo que es fácil identificarse con los escenarios, las condiciones laborales, y varias precariedades con las que lidian los familiares y amigos de Ikal. Esto se debe en gran medida a que la madre de Ernesto Contreras fue docente de primaria por más de cuarenta años, por lo que él estaba empapado de los retos que se presentan a la hora de querer sacar adelante grupos y planes de estudio estando bajo una directriz que carece de presupuestos necesarios y estrategias que desarrollen de manera idónea el formato educativo.


Es entonces cuando ‘El Último Vagón’ va estructurándose a través de sus ojos, ayudado por el guion de Javier Peñalosa (‘Los Adioses’, ‘Todas las Pecas del Mundo’). Una de las fortalezas principales de la cinta es, sin duda, las actuaciones, entre las que destacan Guillermo Villegas, Blanca Guerra y Adriana Barraza, siendo esta última la que posee mayor carga emocional durante el largometraje. Además de la brillante trayectoria que la respalda, utiliza su propia experiencia siendo profesora de actuación para transmitir la disciplina e intensidad que se requiere dentro de un aula, sin dejar de lado que cualquier maestro debe ser paciente y comprensivo, siempre en aras de proveer lo mejor para su alumno.

Estrenada en la plataforma Netfilx el pasado 26 de mayo y filmada en el municipio poblano que lleva por nombre Oriental, por el antiguo Ferrocarril Oriental, ‘El Último Vagón’ es un bello recordatorio de que, aunque no siempre es reconocida, la vocación docente nace del amor por compartir y heredar los conocimientos que eventualmente nos formarán como individuos y ciudadanos. Y un aprendizaje mayúsculo como es la lectura no sólo representa una herramienta diaria, también se convierte en la llave que nos abre las puertas del mundo.

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