Por: David Cavazos (@DavidCav21)
El MonsterVerse de Warner Bros. es, junto con el de los X-Men de Fox, uno de los universos peor construidos que he visto en el cine. Godzilla (2014) fue una película que desaprovechó todo, a su kaiju y a su interesante elenco con personajes débiles. Godizlla II: King of Monsters (2019) aprovechó a los monstruos con batallas espectaculares, pero lo que tenía que ver con los humanos siguió sin funcionar. Kong: Skull Island (2017) salió mejor parada por tener un mejor equilibrio entre la acción y los personajes de cartón. A pesar su mala construcción, todo estaba pactado para que Godzilla y Kong tuvieran este épico enfrentamiento en la pantalla grande.
Los dos monstruos más famosos de la historia del cine se enfrentan a dos de tres caídas sin límite de tiempo, esta es la perfecta definición de Godzilla vs Kong. De la mano de Adam Wingard, un director que ha tenido sus muy altas con You’re the Next (2013) y sus muy bajas con Death Note (2017), la cuarta entrega del MonsterVerse se destaca como la mejor de este universo porque, al menos, es la más equilibrada entre sus virtudes y sus defectos. Seamos honestos, con lo que hemos recibido, el estándar no era muy alto.
Si Gareth Edwards con Godzilla (2014) nos presentó una historia más solemne entre su desarrollo, Jordan Vogt-Roberts brindó adrenalina con Kong: Skull Island (2017) y Michael Doherty nos llevó al desastre en Godzilla II: King of Monsters (2019), con Godzilla vs Kong (2021), Adam Wingard nos da entender que todo lo que venga que ver con los humanos no va a funcionar y es irreparable, pero también nos da lo que queremos ver y en su máxima expresión. Es la película indicada para volver a una sala de cine, yo que llevaba un año entero sin ir he vuelto a sentir toda una experiencia. Todo lo que tenga que ver con Godzilla y Kong no defrauda en lo absoluto, cada enfrentamiento se siente grande, ruidoso y estruendoso.
El sonido y los efectos especiales aquí brillan y nos presentan un espectáculo épico de la gran pantalla. A pesar de que su final es predecible y sabemos que hay una amenaza más grande que ellos que deben detener, Adam Wingard no nos vio la cara al decir que en esta película sí hay un ganador entre Kong y Godzilla, técnicamente sí lo hay y la intención está en descubrirlo una vez que estés dispuesto a vivir esta experiencia. Con esto de antemano, los defectos de esta película (en específico el guion y lo que tiene que ver con los humanos) son perdonables porque, honestamente, ¿quién quería ver esta película por los humanos? A pesar de lo mal construido que están (aunque destaco a Kaylee Hottle y Brian Tyree Henry como lo mejorcito en este apartado), son el vehículo necesario para entender y justificar el porqué de este enfrentamiento. No tiene sentido alguno, pero no esperas que lo tenga porque estamos ante un no brainer en la mayor extensión de la palabra, una completa evasión de la realidad.
En cuanto a otros apartados, la música de Tom Holkenborg (antes Junkie XL) está bien, a secas. Se siente genérica por momentos, pero también le da un tema definido a Godzilla, aunque me hubiera gustado que hicieran lo mismo con Kong. Los efectos especiales no defraudan, todo se siente tan grande y titánico. Al guion le quedan muchas cosas por explicar y establecer, con un villano de caricatura de por medio como lo es Demián Bichir, además de una tremenda carencia de desarrollo de personajes como el de Alexander Skarsgård, de quien te olvidarás al salir del cine. Pero, como les comenté anteriormente, estos problemas ya se veían venir desde lejos, no se esperaba que lo mejoraran porque, de todas formas, no te aburrirás en lo absoluto.
Godzilla vs Kong no te defraudará en ser el épico enfrentamiento entre el gorila gigante y el kaiju. Es un no brainer perfecto para volver al cine y disfrutar de tres rounds de peleas que nos mantendrán inmerso por lo espectacular que se siente. Tiene los típicos problemas de este tipo de películas, pero se perdonan porque cumplen, y con creces, con lo que nos prometían.
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