Por: Freddie Montes (@FreddieMontes)
Emma Thompson, Daryl McCormack y una habitación de hotel protagonizan ‘Good Luck to You, Leo Grande’, la nueva película de la cineasta australiana Sophie Hyde que llega a la cartelera mexicana directamente desde el Festival de Cine de Sundance.
Nancy Stokes (Emma Thompson) es una maestra jubilada que tras la prematura muerte de su esposo ha decidido dotar su vida de un poco de aventura sexual, misma de la que nunca gozó durante su matrimonio. Es por esto que solicita los servicios de Leo Grande (Daryl McCormack), un joven gigolo que tras escuchar los motivos de su contratante estará dispuesto a demostrar su talento. Pero lo que inicia como un simple encuentro con fines sexuales se convierte en una sesión con tintes terapéuticos para ambos.
La sexualidad dentro del mundo del cine y la televisión generalmente es representada a través de cuerpos lozanos y estéticos, como si se tratara de algo exclusivo de la juventud. Es por esto que propuestas como ‘Good Luck to You, Leo Grande’ resultan tan interesantes y refrescantes gracias a su abierta exploración sobre la sexualidad en la etapa adulta con todo lo que ello conlleva: los tabúes impuestos por la sociedad, los miedos propios de intentar cosas nuevas, las preguntas que nacen después de una vida sexual monótona y el cómo todas las experiencias de esta índole que se han presentado a lo largo de la vida terminan por predisponer la visión que una persona tiene sobre el tema. Pero en este caso hay algo particularmente interesante, ya que lo que en un primer momento pinta como una cinta únicamente sobre el descubrimiento de la sensualidad en la edad adulta poco a poco se transforma en algo mucho más profundo, un viaje al sentimiento de añoranza por la juventud, misma que ningún ser humano puede recuperar por más intentos externos que realice. Incluso quien ha tenido oportunidad de ver este filme podría señalar que mi sinopsis (similar a la sinopsis oficial y a cualquier otra que se encuentre dentro del medio) no le hace justicia a todo lo que realmente se aborda, siendo el tema sexual solo la forma pero no el fondo de las motiviaciones del personaje principal.
Ahora bien, más allá de estos interesantes conceptos y de contar con una serie de diálogos que resultan bastante atractivos en lo individual, la historia poco a poco se va volviendo plana, vemos muchos temas en los cuales se puede profundizar pero la mayoría sólo son puestos sobre la mesa y se dejan a la deriva para abrir nuevas inquietudes que de igual manera se quedan a medias al momento cerrar su ciclo narrativo. Las constantes series de diálogos, frases y sermones (porque tampoco se salva de ellos) son puestas para ser ligeramente exploradas de manera interesante pero escueta, quedando así fragmentos que valen la pena en lo individual pero no terminan por lograr una coherencia absoluta al momento de analizar a este producto como un conjunto. Es cierto que la escena final consigue darle un cierre muy interesante y congruente a lo previamente estipulado, pero, en general, todo está muy estancado en un mismo punto central, haciendo que por momentos esta historia se perciba repetitiva. A final de cuentas, el único conflicto de la cinta aparece prácticamente en su tercer acto, mismo que con tan poco terreno para jugar se ve obligado a resolverse de forma rápida y sencilla.
Lo curioso es que al tratarse de una historia con sólo dos personajes desarrollada en su mayoría dentro de una sola locación, uno pensaría que su gran apuesta sería el guion, pero sorprendentemente lo que salva a este producto de la monotonía total es el trabajo visual. Hyde entiende perfectamente cómo debe encuadrar, iluminar y, en compañía de su director de cinematografía Bryan Mason, fotografiar para que su relato sea más versátil. No sólo traslada correctamente a sus actores de un lugar a otro para que sus secuencias no resulten cansadas para el ojo humano, sino que realmente nos dice algo con los lugares en los que posiciona a sus personajes y objetos dentro de un escenario tan reducido, logrando así que un tema que podría sentirse tan vulgar como la contratación de una persona que ofrece servicios sexuales a cambio de dinero se convierta en un encuentro dotado de belleza y delicadeza dentro de lo permitido. Lo más interesante es que Sophie es sumamente cuidadosa en lo que respecta al momento exacto en el que decide mostrar la desnudez de sus personajes, de una u otra forma permite que el espectador entre en la misma dinámica de su trama, generando confianza poco a poco, empezando con el temor al cuerpo ajeno y terminando en una explosión de sensualidad. Sin duda una decisión acertada de esta cineasta.
Respecto a las actuaciones, Emma Thompson está brillante en su papel, le crees absolutamente todo, sus temores, dudas, ataques de nervios, intenciones reales, absolutamente todo en ella se siente honesto y además se le reconoce la labor de cargar con el peso de una película que sólo cuenta con dos personajes. Es muy probable que durante la temporada de premios veamos a esta mujer siendo nominada, por lo menos, al Globo de Oro en la categoría de mejor actriz en una película de comedia. Thompson comparte pantalla con un casi debutante Daryl McCormack, quien también cumple cabalmente con su labor, no es sencillo interpretar a un personaje con estas características y logar mantenerlo sobre una delgada línea que no le permite caerse ni al lado de la vulgaridad (no concordaría con la tesis del filme) ni al de la bondad plena (se notaría bobo dentro de las pretensiones de la trama). Aunque también tiene mucho que agradecerle a su directora por cómo lo muestra, sin embargo, a quien definitivamente no tiene que darle las gracias es a la guionista Katy Brand, quien no se enfoca en explorar el desarrollo y explotar las motivaciones de su personaje, haciendo que al final se quede en la nada narrativa. Entiendo que la protagonista es Thompson, de hecho no hubiera pasado nada si se enfoca sólo en ella, el problema es que durante todo el filme somos testigos de constantes exploraciones a las motivaciones del personaje masculino para finalmente darte cuenta de que su única intención era rellenar la trama, ya que el único arco de personaje que se va a completar es el de ella. Insisto, no hubiera estado mal si así se plantea desde un primer momento, pero para ello se debió de haber dejado a él como un personaje misterioso cuya única finalidad fuera fungir como elemento satélite de su contraparte, ahorrándose así todas las escenas sobre su pasado, familia y motivos laborales que se quedan volando en la nada e incluso terminan por jugarle en contra a la protagonista.
Claro está que “Good Luck to You, Leo Grande” es un producto destinado principalmente a las mujeres adultas y por supuesto que debe ser promocionado teniendo a dicho sector poblacional como target, pero esto no quiere decir que el resto de la audiencia no pueda conectar con ella, a final de cuentas todos, en algún momento de la vida, sufren (aunque no lo exterioricen) un sentimiento de inseguridad relacionado con su cuerpo, la intimidad o la añoranza por el pasado. Aunque en contra de este filme se puede decir que toda esta profundidad expresada atiende más a la exploración íntima que pueda llegar a hacer cada uno de los espectadores más que a la propia labor de la historia, ya que la misma en muchos momentos se queda corta, haciendo que sea más interesante el autoanálisis que cada uno haga en lugar de lo que realmente se está exponiendo.
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