Por: David Cavazos (@DavidCav21)
Es imposible negar que el Universo Cinematográfico de Marvel no está pasando por su mejor momento. De hecho, el cine de superhéroes, en general, no está viviendo sus mejores glorias hoy en día. Ant-Man and the Wasp: Quantumania y Shazam!: Fury of the Gods se estrenaron este año y aperturaron lo que podría ser la peor etapa del cine de superhéroes de este año. Pero había una película del MCU que no debía fallar y a la cual todos le han depositado sus esperanzas. Esa película es, justamente, el cierre de una historia que hace nueve años era una propuesta arriesgada. En el 2014 se estrenó Guardianes de la Galaxia, un grupo de inadaptados que nadie conocía bajo dirección de James Gunn, quien apenas se iba formando en los estudios major.
La película fue todo un éxito, conquistó al público con personajes entrañables, un evidente sentido del humor y un soundtrack que se quedó en la mente de todos. En el 2017, Gunn repitió como director para el Volumen 2, resultando también ser un éxito, aunque en ciertos aspectos sí desentonaba en calidad. Seis años pasaron para ver a Star Lord, Drax, Gamora, Rocket, Groot, Nebula y Mantis en la gran pantalla, nuevamente de la mano de James Gunn en la que será su última película para Marvel, pues pasará a ser el mayor responsable del universo cinematográfico de DC. Ya los vimos en el especial navideño del año pasado que fue a Disney Plus, pero aquí toca decirle adiós al grupo que conocemos.
Tras ser atacado y estar gravemente herido, la vida de Rocket corre peligro y será la labor de los Guardianes de la Galaxia salvar a su querido amigo. Pero para encontrar la forma de salvarlo, tendrán que enfrentarse al responsable del por qué Rocket es como es: El Alto Evolucionario, un ser que se cree Dios y que busca crear la sociedad perfecta con animales genéticamente mejorados. La mejor forma de derrotar a este ser obsesionado con la perfección es con la familia más imperfecta de la galaxia, quien nos dará un último baile. Con esta película, Marvel rompe su mala racha de estrenos y el cine de superhéroes encuentra un buen respiro (aunque momentáneo).
Aunque la película lleva el sello de Marvel y tiene la estructura de una, esta es una película de James Gunn en toda regla, en donde sea se ve su sello y una madurez en su manera de filmar. Con el tiempo, Gunn ha sido más evidente en su manera de manejar la cámara, las escenas de acción e inyectarle personalidad, con la intención de que no veamos solamente una película más de Marvel. Con Quantumania se sentía una película más de Marvel, que solamente se dedicaba a ser el tráiler de dos horas de toda una fase, estableciendo cosas por doquier para el futuro.
Con Guardianes de la Galaxia Volumen 3 se refresca esto, vemos una película autocontenida, dedicada a contar una historia, a cerrar la historia de estos personajes. Pero en esta ocasión, Gunn también se dedica a estrujar el corazón del espectador con lo que nos presenta sobre la historia de Rocket. Nos muestran que es un experimento genético, que viene cargados con ciertos momentos de crueldad animal que podría dejar a la audiencia con cierta preocupación por estos personajes. Rocket es el enlace emocional de esta tercera parte, aunado a su destacable villano El Alto Evolucionario (interpretado por Chukwudi Iwuji con quien Gunn trabajó en Peacemaker) quien es un rival perfecto para estos guardianes, una interesante batalla entre perfección e imperfección. Ese es el mensaje que Gunn nos aporta en esta película, la imperfección nos hace humanos, no hace falta buscar la perfección en la sociedad cuando la belleza de la vida está en sus extrañas imperfecciones. Además, toca los temas de la concientización del maltrato animal y el especismo que hace que apreciemos más a los animales.
Así como hay momentos dramáticos, no podía faltar otro de los característicos toques de Gunn, la comedia. No perdemos tiempo en las risas, la dinámica entre los guardianes está intacta, pero el desborde de comedia se lo llevan Drax y Mantis, quienes ya habían funcionado en The Guardians of the Galaxy Holiday Special. Tenemos una interesante dinámica entre Peter Quill y Gamora pues sus antecedentes en el UCM provocan que sus interacciones sean poco habituales dentro de este universo, al igual que el final entre estos dos, aunque Quill peca de ser muy repetitivo en sus diálogos. También vemos un progreso en Nebula, quien poco a poco ha aceptado su lugar en esta familia encontrada. Groot, Kraglin y Cosmo comparten sus momentos de brillar. El que podría quedar a deber para muchos es Adam Warlock (WillPoulter), pues es un personaje muy relevante en los comics, relegado aquí como alguien prematuro que no actúa con sensatez. Personalmente no lo encuentro como un defecto, no será la única vez que lo veremos, pero podría generarles una decepción a los fans acérrimos.
Mucha queja ha hablado sobre los efectos especiales en las películas de Marvel, pero la excepción está aquí, la película goza de un rico diseño de producción y un maquillaje alucinante que hace que cada personaje se sienta tangible y no algo hecho por computadora. Hay un gran trabajo visual que deja un buen sabor de boca y que se puede apreciar muy bien, tanto en la iluminación como en el manejo de sus secuencias de acción. No se puede quedar atrás el mixtape de esta película, desde Radiohead, Florence + The Machine y los Beastie Boys, encuentro una mejor selección de canciones comparada con la segunda entrega y se nota la evolución, pues hemos cambiado de década con cada película, desde los 70’s hasta los 2000.
En cuanto a la despedida, la película se vuelve muy emocional con el espectador y logra cerrar esta historia de manera digna. Sabemos que habrá más aventuras para algunos de estos personajes, pero para ser una familia con la que hemos crecido durante nueve años, con quienes hemos reído y llorado, decirles adiós de esta forma se convierte en uno de los momentos mejor logrados del MCU. ¿Se acabó la fatiga del cine de superhéroes? No, pero con los Guardianes hay un gran respiro. Claro que esta película debería ser la media de calidad de este universo y no requiere ser alabada porque hizo lo que debía ser. Pero Gunn ha tenido la mayor libertad creativa en su aportación a este universo que ha puesto el ejemplo de cómo dar su visión en una película comercial, mientras que otros directores como Peyton Reed son solamente seguidores de órdenes. Aunque esta película no devolverá el interés por las futuras película y series del MCU, sí es un gran referente y una prueba de que los fans y los espectadores merecen una película como ésta, con mensaje y vínculo emocional, con personajes con los que nos identificamos. En pocas palabras, una película con alma.
Guardianes de la Galaxia Volumen 3 cierra la trilogía como debe de ser, con mayor peso emocional, con momentos de mucha diversión, tristeza y asombro, el MCU retoma por un momento el camino de la grandeza, pues James Gunn impregna su alma y visión en estos personajes a los que les ha dedicado nueve años. Este es su adiós, su despedida hacia este grupo de inadaptados, quienes al principio no encajaban entre sí, pero terminaron encajando en nuestro corazón para siempre.
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