top of page
Foto del escritorAle Vega

I CARE A LOT

Por: Ale Vega (@PATHGRETEL)


Los dilemas morales en el cine tienen esa fantástica capacidad de provocar en el público una discusión interna que profundiza en el razonamiento y la emoción humana. Las historias que observamos en las películas – las que usualmente tienen buena hechura y una trama bien ejecutada- puede llevar a la audiencia a cuestionarse qué cosas serían capaces de hacer y hasta dónde se atreverían a llegar por alcanzar una meta o un sueño. Es fácil pensar superficialmente y etiquetarnos como “buenas personas”, y, en nuestra cabeza, desmenuzar el sinfín de decisiones que tomaríamos si nos enfrentamos al problema que vimos en la pantalla.

Con este gancho, tan común y a la vez tan envolvente, comienza ‘I Care A Lot’. La voz en off que escuchamos es la de Marla (Rosamund Pike), la protagonista del filme, diciendo que “jugar limpio es una broma inventada por los ricos para que el resto permanezcamos pobres”, y con esto marca el tono de lo que estamos por ver: Ella es una astuta mujer que, acompañada por su cómplice y novia Fran (Eiza González), se dedica a ser guardiana de los adultos mayores que ya no pueden cuidarse por sí mismos. Siendo en apariencia un empleo amable y considerado, Marla ha aprendido a “sacarle jugo” y ha ido drenando los recursos del estado y de sus propios pacientes para enriquecerse. En su búsqueda de nuevas víctimas, surgirá el nombre de Jennifer Peterson (Dianne Wiest), una mujer adinerada y retirada sin familiares cercanos. Marla decidirá entonces ir por ella, sin saber que está metiéndose en peligros mayores a los que puede imaginar.


‘I Care A Lot’ puede considerarse comedia negra, aunque habría que señalar que, más que momentos cómicos, hay mucha acción y tensión en la cinta. Su director, el inglés J Blakeson, nos crea una trama en la que la injusticia y la desvergüenza provocan persecuciones, venganzas y escapes, todo esto ejecutado por mentes bastante inteligentes y poderosas (que nos regalan a un Peter Dinklage genial). Si bien el filme se permite excesos que lo hacen un tanto inverosímil en ciertos puntos, se los permitimos porque le ofrecen a la historia la agilidad adecuada para mantener al espectador cautivo y emocionado.


Además de su trepidante ritmo, la película enamora por su protagonista, que es un personaje fabuloso como pocos. La Marla Grayson de Rosamund Pike es un ícono absoluto - con sus trajes caros, su impecable corte de pelo y una fisionomía ejercitada –, que en toda ocasión actúa con seguridad y ni un ápice de miedo. Debido a sus despiadadas actividades, de inmediato nos hace sentir desprecio por ella, pero no pasa mucho tiempo para que, a pesar de lo terrible de sus acciones y sin que nosotros queramos, comenzamos a admirar su ferocidad y valentía. Lo que planea es horrible, efectivamente, pero su temple y sagacidad nos hace eventualmente querer, al menos un poquito, que sí se salga con la suya. Entonces sucede que nuestro personaje estelar nos conduce a esa dicotomía de respeto/repulsión, que la convierte en memorable para el ojo que la disfruta.

Estrenada en el Festival de Cine de Toronto el año pasado, ‘I Care A Lot’ nos lleva a ese espacio oscuro de nuestra mente que nos haría preguntarnos a costa de qué y con qué ausencia de principios nos atreveríamos a actuar para conseguir lo que queremos. Probablemente nos contestaremos que nuestros límites son claros y definitivos respecto a aprovecharnos de los demás, pero eso no es para nada garantía de que en un futuro no nos encontraremos en una posición similar a la de Marla, con nuestro vapeador en mano, expulsando humo cual dragones.

69 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page