Por: Ale Vega (@PATHGRETEL)
Acostumbrados como estamos al rol femenino frente a la mafia en los filmes noir, que suele tratarlas como seres débiles y asustadizos, de decoración y complemento - o sencillamente elige mantenerlas en las sombras -, observar a una mujer ser protagonista de este tipo de largometrajes y además hacerlo con un nivel de presencia y actuación que atrapan el ojo de la audiencia es una bocanada de aire fresco, que además marca una pauta interesante para las producciones que quieran seguir su ejemplo.
Estamos hablando de la película dirigida por la cineasta estadounidense Julia Hart, titulada ‘I’m your woman’. Estrenada en el Festival del American Film Institute el año pasado, la cinta comienza mostrándonos a Jean (Rachel Brosnahan) recostada en un camastro a mitad de su jardín con una bebida en la mano. Su voz en off nos cuenta que está enamorada de Eddie (Bill Heck) y casada con él, pero notamos en su tono que no es feliz. Pasa poco tiempo para que la toma cambie y la veamos en su cocina - buscando unas tijeras - cuando llega el mencionado esposo con un niño entre brazos y le dice “Este bebé es tuyo”. Jean no sabe de dónde salió la criatura, pero no se atreve tampoco a preguntar, sabe que su marido vive de negocios ilícitos y parece preferir quedarse de lado. Sin embargo, la traición de Eddie hacia su equipo y superiores la obligará a huir de la comodidad de su hogar para que la violencia de las acciones no la alcancen ni a ella ni a su hijo, y será en estas dificultades que aprenderá que es más fuerte, valiente y resiliente de lo que pensaba.
‘I’m your woman’ se ubica a finales de los 70’s, cosa que podemos deducir gracias a su fantástico diseño de producción, que ambienta con los colores y objetos adecuados, además de que muestra los vestuarios idóneos para que la gente evoque dicha época. Es esa década, en la que ocurren avances importantes en el tema de los derechos femeninos y la igualdad de géneros, nuestra protagonista atraviesa una curva de crecimiento espectacular en todo sentido: Pasa de ser una ama de casa que no está acostumbrada a hacerse cargo de nada, a verse en aprietos que la orillan a derrotar a sus miedos, a conocer sus capacidades y a confiar en sus instintos. Abandona la paz de una vida holgada para sobrevivir con el cansancio de un bebé al que nadie le enseñó a cuidar, y cuya presencia es angustiante para la posición en la que Jean se encuentra. Será en sus peores momentos, cuando se siente más vulnerable y amenazada, que encontrará la astucia y el arrojo para continuar, repentinamente acompañada de dos seres (un cálido Arinzé Kene y una arrolladora Marsha Stephanie Blake) que, cual ángeles caídos, fungirán como guías y cómplices.
Julia Hart logra esto a través de un guion en el que trabajó - en conjunto con su marido, el productor Justin Horowitz - por más de 6 años, pensando justamente en que las cintas que involucran a la mafia nunca le dan voz ni espacio a las mujeres que ahí aparecen para contar su parte de la historia. Colabora con Bryce Fortner para crear una cinematografía envolvente, cuyas tonalidades y simetrías engalanan este thriller que se da el lujo de cocerse a lentitud, revelando respuesta a cuentagotas, mientras mantiene al espectador preocupado y en ascuas. Incluso inserta astutamente el tema del racismo, sutil pero acertado, con el que se sale de apuros gracias al tono de piel, lo que también es muestra de la inteligencia con la que todo este filme fue planeado y desarrollado.
‘I’m your woman’, título que le hace honor a un dialogo de la película ‘Thief’, de Michael Mann, es una frase que puede entenderse de dos maneras. Una es un resumen de la primera parte de la cinta: “Soy tu mujer”, refiriéndose probablemente a esa ama de casa dependiente de Eddie y sumisa en sus cuestionamientos, permaneciendo alejada de las actividades de su esposo. La otra opción va más con la segunda parte, en la que el significado es infinitamente más enriquecedor: “Soy esa mujer, la heroína que buscas”.
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