Jesper es el peor estudiante de la Academia Postal. Cuando su padre se entera del poco interés que este joven muestra por la profesión de cartero decide ponerlo a cargo de la Oficina Postal de Smeerensburg, un pequeño pueblo aislado del resto del mundo cuyos habitantes son en verdad despreciables. La monótona vida de Jesper en este lugar cambia cuando conoce a un misterioso carpintero y fabricante de juguetes llamado Klaus.
‘Klaus’ no sólo es la primera cinta animada original de Netflix, también representa la opera prima como director del animador español Sergio Pablos, quien a pesar de debutar en este rubro ya cuenta con una larga e interesante trayectoria como parte del departamento de animación de cintas como ‘Goofy, La Película’, ‘El Jorobado de Notre Dame’, ‘Hércules’ y ‘Tarzán’, además de ser la mente maestra detrás de la historia de ‘Mi Villano Favorito’. La experiencia y talento de Pablos se traducen en una película que nos hace sentir orgullos de pagar nuestra suscripción mensual a Netflix.
En el apartado de la animación hay que decir que se hace un trabajo bastante decente aunque esté muy lejos de lo que nos ofrecen los grandes estudios. Sin embargo hay una razón para esto y es que desde el momento en que Pablos comenzó a desarrollar la idea de este film en su mente tomó la decisión de que sería una especie de homenaje a la animación tradicional, aquella que se dibujaba a mano y cuadro por cuadro. Esto provoca que el espectador sienta que está ante un producto animado de los años noventas. Entre los puntos a reconocer en este rubro está el atractivo diseño de varios de los personajes así como el extraordinario manejo de los colores para expresar el sentir de nuestros protagonistas o para crear la atmosfera necesaria dependiendo del momento que se vive en la historia.
Pero cuando no cuentas con los recursos para hacer una animación al estilo de Pixar o Laika lo que se necesita para que tu película trascienda es que la historia que vas a desarrollar sea original e interesante y ‘Klaus’ cumple con esto a la perfección. Aquí el eje conductor son los orígenes de Santa Claus (Papá Noel, San Nicolás o como le llamen) pero en medio de esto se desarrollan conceptos que van desde la misión que tenemos en la vida, el porqué de nuestras acciones o el miedo a dejar nuestra zona de confort hasta los más sencillos y típicos de las películas navideñas como la bondad, la gratitud, el compañerismo y la amistad. Inevitablemente hay personajes y momentos que caen en los clichés, sobre todo en el segundo acto, pero en general estamos ante una trama refrescante donde nada se resuelve de manera gratuita y en la que nuestros personajes tienen motivaciones claras. Todo esto sin dejar de lado que es una cinta dirigida a un público infantil, aunque se agradecen algunos gags que están ahí para el disfrute de los adultos.
Aunque los mensajes de fondo de esta película son muy valiosos, existe uno cuyo resultado es ambivalente. En algún punto del film se plantea que el significado de la navidad para los niños se reduce a recibir regalos y es eso lo que los hace felices. Algo que un servidor agradece debido a que la mayoría de las películas de temporada buscan darle a los niños el mensaje de que lo importante de la navidad es la unión y el significado de la misma haciendo que la idea de que los pequeños disfruten estas festividades únicamente por los regalos sea casi un pecado. En lo personal creo que es válido dejar en claro que para los niños lo más emocionante de la navidad es recibir regalos, pero puede haber personas que no estén de acuerdo con ello y están en su derecho.
En conclusión: Aunque nadie pidió una cinta sobre los orígenes de Santa Claus hay que agradecer que nos llegó una historia tan refrescante y amena como esta. Con una animación que sirve como homenaje a lo que se hacía antes. Una de esas películas que hacen que la suscripción a Netflix valga la pena.
Calificación: 7/10
Por: Freddie Montes (@FreddieMontes)
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