Estrenada el 22 de mayo de 2023 en la 76ª edición del Festival de Cine de Cannes, El teorema de Margarita (o Le Théorème de Marguerite en francés) es una película que, a pesar de haber pasado desapercibida, tiene tintes de lo que pudo ser una gran película.
Las matemáticas pueden parecer aburridas para muchos, por lo que la pregunta clásica de “¿y eso de qué me va a servir en la vida?” suele surgir. Pero, para otros, las matemáticas representan un mundo fascinante, lleno de misterios, lógica y belleza. Desde los patrones geométricos en la naturaleza, hasta las complejas ecuaciones que describen el universo, las matemáticas nos ayudan a entender y modelar el mundo que nos rodea.
Al igual que dicha asignatura escolar, la película dirigida por Anna Novion es un ejemplo perfecto de que su disfrute puede depender de cuánto te sumerjas en el mundo de teoremas, axiomas y proposiciones lógicas. Es interesante observar que varias películas han incorporado las matemáticas como un componente central de sus historias. Ejemplos notables incluyen Una mente brillante (A Beautiful Mind), El hombre que conoció el infinito (The Man Who Knew Infinity) y π de Darren Aronofsky. Aunque estas películas utilizan las matemáticas como un pilar argumentativo, sus tramas no giran completamente en torno a ellas.
Estos ejemplos demuestran que el éxito de estas películas no radica únicamente en el rigor académico de los trabajos de los protagonistas, sino en cómo las matemáticas actúan como una figura metafórica o estructural que enriquece la narrativa. En Una mente brillante, las matemáticas son fundamentales en la vida de John Nash, pero la película se centra principalmente en su lucha contra la esquizofrenia y su eventual superación. El hombre que conoció el infinito usa la vida de Srinivasa Ramanujan para ilustrar no solo sus logros matemáticos, sino también su lucha por el reconocimiento en un entorno culturalmente desafiante. En π, las matemáticas simbolizan la obsesión y el caos mental del protagonista dentro de un contexto de thriller psicológico.
Estas películas demuestran que, aunque las matemáticas puedan ser el telón de fondo o el contexto de las historias, el enfoque principal está en los personajes y sus conflictos personales. Las matemáticas actúan como un catalizador que enriquece la narrativa, proporcionando profundidad y significado a los dilemas humanos y emocionales. En este sentido, El teorema de Margarita podría no haber logrado resonar con el público de la misma manera que otras películas, quizá porque su arco argumentativo es demasiado denso para el espectador promedio. A pesar de que la película intenta explorar el impacto de las matemáticas en la vida de sus personajes, la falta de una conexión efectiva entre los elementos matemáticos y la narrativa emocional puede haber limitado su impacto. La clave para una narrativa exitosa que integre temas matemáticos es encontrar un equilibrio entre el rigor académico y el desarrollo emocional, de modo que las matemáticas no solo sirvan como un elemento decorativo, sino como una fuerza dinámica que impulsa la historia hacia adelante. El intento de Anna Novion de generar esta conexión emocional fue crear una atmósfera donde nuestra protagonista, Margarita, encontrará una cierta liberación sexual y personal que pudo haber estado apagada durante la vida académica ¿Lo logró? Parcialmente.
Aunque hay momentos en los que se percibe la intención de conectar emocionalmente con el espectador, el desarrollo de estos temas puede sentirse superficial o no del todo integrado en la trama principal, bien pudo haber sido cualquier otra disciplina en la que la protagonista se desarrollara y el hecho de tener un tema tan complejo como la matemática pura no aportó lo suficiente.
Para aquellos apasionados a las matemáticas, como yo, es interesante el experimento de mostrar una avance respecto a lo que ‘encontrar orden el infinito’ se refiere, pero como historia y sobre todo como película, no es lo suficientemente convincente, sobre todo por una exageración constante tanto en la estereotipación de sus personajes como en los momentos “angelicalmente creativos”, los cuales provocan que de cierta manera pierda un poco de seriedad sobre cómo el mundo realmente funciona.
Sin temor a concluir, puedo decir que Le Théorème de Marguerite se queda como un trabajo conservador, que de cierta forma intentó apostar por líneas argumentales que le podrían haber conferido más vuelo e intriga, más peligro y humor, pero que en última instancia se conforma con un enfoque reservado y menos arriesgado. A pesar de sus esfuerzos por explorar la conexión entre las matemáticas y la vida personal de la protagonista, la película no logra desprenderse de una narrativa algo predecible y una ejecución que no siempre saca el máximo provecho de sus elementos potencialmente intrigantes. En lugar de desafiar las convenciones y ofrecer una experiencia cinematográfica innovadora, Le Théorème de Marguerite se mantiene dentro de una zona de confort que, aunque correcta, no logra dejar una impresión duradera o profundamente resonante.
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