Film dirigido y escrito por Noah Baumbach basado en el matrimonio y posterior divorcio de éste con la actriz Jennifer Jason Leigh.
‘Marriage Story’ comienza con el director de teatro Charlie (Adam Driver) enlistando las cualidades de su esposa Nicole (Scarlett Johansson), inmediatamente después escuchamos a la actriz de cine y teatro Nicole haciendo lo propio con los puntos positivos de su marido. Pero antes de que ella termine su discurso descubrimos que el matrimonio se encuentra en una habitación con la persona encargada de mediar su separación y posterior divorcio.
Las relaciones interpersonales, fascinantes cuando las analizas pero complejas cuando las vives. El cine, como la vida misma, es una exposición de ellas. Miles de veces hemos visto películas románticas enfocadas en la etapa llena de miel de una relación, sí con sus altibajos pero comúnmente con un final feliz. De igual manera el séptimo arte ha explorado la parte negativa de las relaciones de pareja: los divorcios. Aunque Woody Allen diga que “algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida.”
La mayoría de los films sobre divorcios se enfocan en la etapa previa a la separación, cuando vemos qué es lo que termina por desgastar la relación, o en la etapa posterior, cuando el personaje principal, comúnmente una mujer, decide que nunca es tarde para vivir su vida. También se ha explorado, aunque en menor medida, lo que sucede durante el desarrollo del divorcio, pero normalmente en estos casos el guion va enfocado a conocer el sentir de nuestros personajes dejando a un lado lo engorroso que llegan a ser los juicios de índole familiar, y es que la mayoría de las películas que tratan estos juicios se enfocan en la etapa de la audiencia sin tomar en cuenta que lo verdaderamente desgastante de esto es el procedimiento (las notificaciones, la charla extrajudicial entre las partes, la custodia de los hijos durante el proceso). ‘Marriage Story’ se centra en esta engorrosa etapa vista desde todos sus ángulos.
Lo que comienza a hacer diferente e interesante a este film es el papel protagónico de los abogados. Por una parte nos permite adentrarnos en lo desgastante que es un divorcio en el día a día, conocer cosas que a las que, salvo que te hayas visto involucrado en un juicio familiar o seas abogado, nunca le prestas atención. Además, muestra como una persona que contrata los servicios de un abogado pierde el control sobre lo que quiere y tiene que seguir lo que el abogado, según su estrategia, le imponga, aunque esto vaya en contra de sus pretensiones iniciales.
Y no sólo es la influencia de los abogados, este film también nos muestra como los familiares o los amigos comienzan a dar opiniones y consejos, quizás bienintencionados, pero que modifican la forma de pensar y actuar de la pareja debido a que estos se encuentran en un momento emocionalmente débil.
En cuanto al desarrollo del guion hay que reconocerle a Baumbach que consigue escribir un relato que siente sumamente real. Evidentemente es un drama por lo que hay lágrimas, gritos y momentos decepcionantes, pero sus dos horas y cuarto de duración no son una constante tragedia, Baumbach entiende que su historia tiene que ser como la vida misma, donde, aunque un evento en específico te esté destruyendo, siempre hay un momento para reírse, divertirse, cantar o bailar. Y es que en la vida real nada es completamente negro ni completamente blanco y eso se muestra en esta cinta de gran manera.
Pero no todo es perfecto con el guion de esta película. El asunto es que cuando vas a hacer una película de dialogo necesitas ser un maestro para desarrollar historias y Baumbach aún no está en ese nivel. Y no es que sea un problema enfrentarse como espectador a una película con diálogos larguísimos, el problema es que cuando no tienes la genialidad del mejor Woody Allen o el mejor Quentin Tarantino para hacer que todas las escenas con personajes que hablan sin parar durante varios minutos sean entretenidas tu película se empieza a hacer irregular, por momentos la diálogos te cautivan a cada segundo pero en otros momentos no consiguen que el espectador conecte con lo que está viendo provocando que esté pierda ligeramente el interés y ya quiera ir a lo que sigue.
Y cuando los diálogos no dan para sostenerse por sí mismos aparece para salvarlo todo el mejor elemento que tiene esta película: las actuaciones.
Adam Driver y Scarlett Johansson nos entregan las que muy probablemente sean las mejores actuaciones de sus respectivas carreras. Por un lado está Driver, quien es el hilo conductor de esta historia, él interpreta a un hombre cuyo ánimo va decayendo por las situaciones que suceden alrededor de su superación. Hay momentos en los que las capacidades de su personaje están a prueba y vemos a un hombre que por fuera está aparentemente tranquilo pero en su interior está francamente nervioso, en general su personaje es un hombre bastante contenido en emociones que conforme avanza la historia va explotando.
Por otro lado, tenemos a Johansson, quien está impecable en cada momento, y es que su actuación recorre más emociones que su coprotagonista. La vemos fuerte pero podemos captar que por dentro está destruida, la vemos llorar, la vemos desesperarse, la vemos sufrir y aunque hay momentos en los que la vemos supuestamente feliz logra transmitirle al espectador lo derrotada que se siente.
El elenco de reparto es bastante cumplidor. El hijo de los protagonistas tiene muchas escenas aunque no muchos diálogos, pero con eso le basta para conseguir el efecto que el director quiere conseguir a través de su personaje. El resto de la familia, los amigos y hasta el abogado de la parte masculina, un impecable Ray Liotta, lo hacen muy bien. Pero quien se lleva las palmas en el rubro de los secundarios es Laura Dern, quien interpreta a una abogada aferrada pero a la vez encantadora, Dern consigue crear un personaje con el que puedes empatizar y antagonizar incluso en la misma escena. No por nada es la favorita para ganar el Oscar como Mejor Actriz de Reparto.
A pesar de todos los puntos positivos que tiene esta película hay que reconocer que es difícil que conecte con cierto sector del público femenino. La razón es que, a pesar de que ambos personajes cometen errores, esto es una especie de biopic contada a través de los ojos del hombre y cuando la balanza de la empatía tiene que inclinarse con alguno de nuestros protagonistas lo hace con el personaje de Driver. Claro que eso no debería ser impedimento para disfrutar de una película si esta es buena pero así como los hombres no conectan fácilmente con historias hechas para las mujeres, aquí las mujeres pueden sentirse fuera de la tesis del film.
‘Marriage Story’ es una película que vale la pena. El guion, sin ser maravilloso, logra atraer la atención del espectador a pesar de estar cargado de diálogos. En lo que actuaciones se refiera quizá estemos ante el mejor trabajo del año. A todo lo anterior se suma un buen trabajo de edición y una gran banda sonora a cargo de Randy Newman.
Calificación: 8/10
Por: Freddie Montes (@FreddieMontes)
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