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Foto del escritorAle Vega

MONSTER

Por: Ale Vega (@PATHGRETEL)


El arte, en sus múltiples formas, tiene la virtud –y la encomienda, indirectamente – de provocar algo en su admirador. Esto no necesariamente relacionado con algo crudo o exacerbado, también puede ser sutil o íntimo. La gente que consume arte, por lo tanto, posee una ventaja sobre los que no, ya que han aprendido a observar los sentimientos y la belleza desde los trabajos de otros, por lo que su visión del mundo y de la humanidad es más amplia y empática.

En el caso de Steve Harmon (Kelvin Harrison) su sensibilidad ante el arte provenía de su círculo cercano: Sus padres (Jennifer Hudson y Jeffrey Wright) lo han hecho parte de su día a día, y su maestro de cine (Tim Blake Nelson) le muestra constantemente la importancia del enfoque y la visualización en éste para su carrera, ya que el plan de Steve es convertirse en cineasta. En este entorno, tan bonito y educacional como es, ¿Qué tiene que suceder para que Harmon esté a un paso de ser encarcelado?


De esto trata el libro llamado ‘Monster’, escrito por Walter Dean Myers y publicado en 1999, cuya adaptación se convirtió en la ópera prima del director de videos musicales Anthony Mandler. La película, que lleva el mismo nombre, tiene como protagonista al mencionado Steve, quien tratará de convencer al jurado que está por dictarle sentencia de que no tuvo nada que ver con el asesinato del dueño de una tienda (Roberto López). Sin embargo, hay elementos y testigos que lo inculpan, sobre todo al resaltar su amistad con James King (Rakim Mayers/A$AP Rocky), un tipo etiquetado como “mala compañía”. De acuerdo con diferentes versiones, iremos desentrañando por qué Steve está involucrado, y qué tanto es realmente su responsabilidad en dicho crimen.

‘Monster’ es una gala de aciertos respecto a dirección y fotografía. Acompañado por el cinematógrafo David Devlin, Mandler muestra su vasto conocimiento en el manejo de las formas y las texturas, para transmitirle al espectador lo importante que es en el ojo de Steve su entorno, su realidad y sus colores, cuya variopinta paleta se encarga de decorar la felicidad que el joven vive en su casa, en su escuela y con sus amigos. Cambia radicalmente cuando se trata de las escenas del juicio, en donde los grises son los estelares, de la mano con las líneas nítidas y el blanco y el negro, haciendo hincapié en lo fuerte de los diálogos: representan el todo o nada, el ahora o nunca. La audiencia puede ver absorber este lenguaje mientras se encuentra concentrada en dilucidar la posición de Steve en el asesinato, entendiendo cada argumento a su favor y en su contra, y el conjunto de estos factores convierte a la cinta en un producto redondo.


Además de este trabajo “tras bambalinas”, los actores encargados de darle vida a la historia son dignos de mención. Kelvin Harrison Jr. tiene gran fuerza tanto en sus momentos dentro del juzgado como en los que se desempeña como alumno de la Stuyvesant High School. Nos regala momentos complejos, intensos y devastadores, nos arrastra en su desgracia para que nos pongamos de su parte, y nos enseña que, gracias a lo que ha aprendido, es una persona digna de conmiseración. Aunado a él, Jeffrey Wright nos ofrece a un papá firme, inteligente y encantador; Tim Blake Nelson es un maestro simpático y mordaz; y no podemos olvidar la aparición de John David Washington, que, si bien es breve, provoca escalofríos por lo desalmado de su personaje.

Estrenada en el Festival de Cine de Sundance de 2018 y adquirida por Netflix en el 2021, ‘Monster’ es una crítica importante al trato que se le da a los muchachos a partir de su color de piel (“Eres joven, negro y estás enjuiciado, ¿qué más necesitan saber?”, le dice su abogada a Steve para que comprenda que es prácticamente culpable ante la mirada del mundo), pero no se queda en eso, ya que invita también a la gente a reevaluar sus criterios para tildar a alguien de “monstruo”, sin conocer bien a bien su trasfondo o personalidad. Y entre estas cavilaciones, surge la que es, a mi parecer, la más inquietante: entre las muchas aristas que apreciamos de un ser humano, habrá que aceptar que nunca conoceremos a alguien del todo.

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