Por: David Cavazos (@DavidCav21)
Michel Franco está de vuelta con, quizás, su película más controversial tanto en temas como en recibimiento en el público. Si bien ha sido la gran ganadora del Festival de Venecia con el Gran Premio del Jurado, aquí en México su recibimiento ha sido muy mixto, rayando en lo criticable. Es entendible. Al abordar una película con una temática social actual que predices como un posible futuro, habrá muchas opiniones encontradas de todos los sectores. Ese es el caso de Nuevo Orden, un thriller dramático que nos sitúa en una boda elegante en una de las casas del pedregal, todos los invitados (ricos y blancos) festejan alegremente el matrimonio de la pareja interpretada por Naian González Norvind y Darío Yazbek. Todo comienza a cambiar cuando un grupo de rebeldes (morenos y de clase baja) comienzan a irrumpir en la boda con violencia alterando el orden. Pero más allá de esa casa, la ciudad es azotada por un golpe de estado con una lucha de clases.
No voy a negar que la idea es muy interesante y está sujeta a una brutalidad humana que tanto se refleja en la película, pero que sería mejor abordad como una crítica justa que junte la dualidad de los dos bandos, los ricos y los pobres. El problema es que Franco se muestra muy parcial en el guion y la ejecución que, en lugar de ser una crítica de las clases sociales, se convierte en un favorecimiento de las dos, en el sentido de que Franco busca que conectes con los ricos, con el sufrimiento que están viviendo y el terror que ellos sienten. Pero cuando hablamos de los pobres, de los morenos, no hay una conexión ni una muestra de sus ideales. En teoría los pobres son muy malos porque sí, sin una idea que nos llegue a presentar del porqué están haciendo lo que están haciendo y Michel Franco espera que esas ideas que no están en la película, las formulemos nosotros, como una muestra de una película incompleta en el discurso que quiere abordar.
Michel Franco viene de dos de los dramas más importantes del cine de México, Después de Lucía (2012) y Las Hijas de Abril (2017), ambas con ideas más concisas y completas. Nuevo Orden muestra un aparente racismo y clasismo en cuanto a sus personajes de bajos recursos se refiere. Por un lado, se les muestra como rufianes sin rostro, sin personalidad y sin humanidad. Los pocos personajes de bajos recursos que sí tienen una presencia en pantalla no están tan involucrados en el movimiento (ni siquiera les beneficia) y, además, son los trabajadores de los personajes ricos con los que iniciamos en el metraje. Obviamente, dentro de todo este golpe de estado, la película es un festival de shock value al mostrar escenas desgastantes y brutalmente insensibles que pueden conmocionar al espectador por la acción tal cual, no porque los personajes importen (porque ninguno nos importa).
Desde violaciones, asaltos, secuestros y mentiras que acaban en balazos, la película muestra una crueldad que puede ser difícil de ver en cierto momento, pero tampoco se queda contigo al final porque su discurso no tiene las bases ni el enfoque para las intenciones que quería mostrar, una batalla entre los ricos y pobres donde los primeros son victimizados y los segundos son el arma del caos pero que, al mismo tiempo, tampoco se sienten como los ganadores porque los militares son otro de los males que se reflejan en la película. Es ahí cuando el mensaje vuelve a cambiar, pasó de ser el “ahora los pobres mandan” a un “ni los ricos ni los pobres”. Todo lo mostrado en pantalla viene desde la mente y experiencia de Franco, una visión reducida en la victimización de los blancos contra la crueldad de los personajes de bajos recursos. No generas empatía con ninguno, no conoces las ideas de ninguno, ni mucho menos, conectamos con ninguno.
Al termina de ver esta película, no te quedas con nada, más que con buenas actuaciones de su elenco (porque para que Darío Yazbek actúe bien por un par de minutos es todo un logro) y una buena fotografía, junto con un segundo y tercer acto tenso por lo que sucede, pero no a quién. El ritmo es muy irregular, se siente muy lenta por momentos y hay ciertos mensajes que se reflejan en los primeros cinco minutos que se hubieran reflejado mejor en el resultado final. El nivel de producción es muy bueno. Pero a nivel de historia, falla en contar algo, solo se digna a contar un mensaje. Es como contar el qué pasaría si la peor pesadilla de los ricos sucediera. Obviamente, con mucho shock que sólo es eso, desconcertar. Pero cuyo mensaje social carece de una dualidad entre los dos sectores, al final haces que los ricos parezcan los buenos y los pobres (los que sufren con muchas injusticias sociales y laborales) sean los villanos, pero tampoco los ganadores de esta lucha de clases.
Nuevo Orden es el equivalente a Los Ricos También Lloran de Michel Franco, pero con una cantidad de shock insensible que no aporta al resultado final, sin una historia sólida para reflejar el discurso, el cuál carece también de una dualidad para conocer todas las ideas posibles para que, en esos 86 minutos de película, haya un verdadero análisis. Es incompleta en cualquier sentido posible. Quiere ver una lucha de clases, no lo hace, quiere que conectes con los ricos, tampoco lo hace, quiere hacer un golpe de estado con los pobres, le sale contraproducente. No hay manera de que esta película se salve, ni manera de que nosotros nos salvemos de ella.
Commentaires