Por: David Cavazos (@DavidCav21)
El 2 de octubre de 1968 es una fecha que no se olvida en México, la conocida, analizada y estudiada por más de 50 años, este duro evento marcó la historia de un país cuyas calles se mancharon de sangre. La matanza de Tlatelolco está inundada de versiones, de testigos y de reinterpretaciones, como lo es esta producción. La más reciente ganadora del Ariel a la Mejor Película Animada refleja, mediante filmaciones, testimonios y escritos, el movimiento estudiantil de 1968 en el punto de vista de tres jóvenes estudiantes de la UNAM: Raquel, Rodolfo y Hernán. Por medio de la técnica de rotoscopia (pintar cada cuadro sobre la grabación ya filmada en acción real), Cravioto cuenta de manera más personal, sin caer en lo sensacionalista, una parte de la perspectiva de este suceso.
Es otra prueba de que el cine de animación puede ser manejado para muchos fines, el caso de Olimpia es para usarse como un discurso político no sólo haciendo homenaje a los caídos, sino al material previo que lo retrató como El Grito (1968) de Leobardo López Arretche. Cravioto lo retrata y lo reinventa con la crudeza suficiente para que cada momento de tensión nos sintamos identificados, incluso aterrados. Siendo la primera película animada en rotoscopia, la técnica ha sido manejada de forma brillante en esta producción, aportándole algo de frescura al filme, convierte la triste realidad en un cuadro hermoso, pero al mismo tiempo, doloroso. Al combinarse con testimonios, escenas reales y documentales, el discurso sociopolítico se hace más amplio que su discurso ni se convierte en propaganda, ni se convierte en una avalancha de shock.
Si bien los personajes y sus subtramas son de lo menos interesante de la película y la hacen algo lenta al principio, lo que brilla y sobresale es, en su contexto, cómo se retrata un evento que nunca se olvida. La película refleja todo el daño que ha causado el ser callado, el autoritarismo, la desconfianza política, donde alzar la voz en un índice de peligro, pero qué es el peligro cuando se busca justicia.
Olimpia, a pesar de no poner mucho brillo en su apartado de la ficción, por el contexto histórico y el valor social que posee, la película es recomendable, aunado a una técnica de animación que debe ser más explorada en diversos proyectos. En estos tiempos difíciles donde cuestionas si la justicia existe, no hay que olvidar la fecha en el que un grupo de estudiantes exigieron justicia.
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