Celine Song llegó de la nada, aunque siendo esta película su debut como directora, se presenta como una gran promesa del cine. Así como llegó sin avisar, Past Lives está dispuesta a quedarse en el corazón de los espectadores para siempre. Teniendo de protagonistas a Greta Lee y Teo Yoo, esta historia presentada por A24 usa el drama con destellos de romance para mostrarnos un concepto que ya se ha usado pero que nunca, hasta ahora, había visto otras capas: el “hubiera”.
En alguna parte de Seúl, los pequeños Nora y Hae Sung viven su vida escolar como mejores amigos. Pero esa amistad se ve dividida cuando Nora y su familia migran a los Estados Unidos, separándose de su mejor amigo, quien permaneció en Seúl. Pasan 24 años y Hae Sung, sin haber superado a Nora después de un breve reencuentro, se aventura a ir a Nueva York para poder verla. Pero Nora ya tiene su vida hecha como escritora, además de estar casada con Arthur, otro escritor. El reencuentro entre Nora y Hae Sung dispara un montón de dudas en ambos, todas resumiéndose en una pregunta: ¿qué es lo que hubiera pasado si ella nunca se hubiera ido? Es así como Past Lives se presenta, como una historia que apoya sus bases en las posibilidades de las conexiones que tenemos, teníamos y tendremos.
Lo que hace a esta película una de las mejores de este año es que evade los caminos comunes que pudo haber tomado, entre ellos el de la infidelidad y la relación toxica como un drama total, pues Celine Song aporta una solución elegante a su guion, los golpes de realidad. La base del reencuentro entre Nora y Hae Sung no es para revivir recuerdos o que pase algo más que los saquen de su realidad, sino para reencontrarse con esa conexión que se tenía antes para sentirnos completos una vez más. Pero esta historia que Nora y Hae Sung comparten inunda de curiosidad al esposo de esta primera, Arthur (interpretado por John Magaro), donde también Song hace un excelente trabajo al evadir los celos y las relaciones toxicas, dándonos quizás una de las relaciones más cordiales y sanas que se haya visto en el cine. Con Arthur tenemos a alguien que siempre busca entender el mundo y la mente de Nora, nunca quiere sentirse alienado y encuentra en Hae Sung esa llave hacia la mente de su mujer para poder sentir una conexión más latente con ella. Así, el guion de Song usa la filosofía del In Yun, que es esa conexión que formamos con las personas en vidas pasadas, que se vive de momentos, que tarde o temprano se irá y vendrá otra.
Past Lives nos invita a reflexionar y dudar de lo que fuimos antes, de cómo las relaciones cambian al igual que las personas mismas, como nuestras metas se adhieren con el tiempo a las relaciones que formamos. Así, Nora cambia totalmente cuando crece y está en Estados Unidos, lo mismo pasa con Hae Sung. En una escena muy específica, podemos ver como las estupendas actuaciones de Greta Lee y Teo Yoo convergen en la duda de qué hubiera pasado si se quedaran juntos, en esa duda de querer regresar el tiempo para vivir otra vida.
Esta historia se vuelve dolorosa para aquellos que vivieron algo similar, ya sea una amistad o una relación más fuerte, que tocará las fibras de muchos al revivir esas vidas pasadas, al tratar de recordar esas personas que fuimos y que nos sentimos distintos en el presente. Es así como nos alejamos de situaciones que hubieran sido fáciles, para dejarnos con el corazón estrujado en donde nos cuestionamos qué hicimos para llegar hasta aquí.
Past Lives reúne todos los elementos para ser la mejor película en lo que va de este año. Un drama que posee un guion sensato, fino y que separa las barreras de lo que es el drama romántico para exponer las decisiones que nos hacen ser, las personas que nos cambian con el tiempo y el cómo tratar de revivirlo no siempre será la mejor solución. A partir de aquí, Celine Song se convierte en una directora a la cual no hay que perderle el camino, pues la relación entre el espectador y esta película se convirtió en otro In Yun.
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