Por: Osvaldo Escalante (@OsvaEsc)
El querido por muchos, cineasta independiente estadounidense Sean Baker, siempre ha trabajado desde cero al hacer sus películas. A menudo elige a actores no profesionales y coloca a su audiencia en las partes irónicamente poco glamorosas de Estados Unidos. Todo esto lo sé por imágenes de sus demás películas (como “The Florida Project”), puesto que esta es la primera y única -hasta la fecha- película que he visto del director.
La cinta nos cuenta la historia de la ex estrella porno Mikey Saber, quien ha regresado a su ciudad natal en Texas, puesto que su carrera en la industria pornográfica ha venido en picada. La cuestión es que ni su ex esposa ni sus ex amigos están muy contentos de tenerlo de vuelta; pues cuando se fue a buscar la fama en el otro lado de la industria cinematográfica, lo hizo con métodos cuestionables, dejando abandonados a todos en el pueblo.
Tanto literal como metafóricamente, "Red Rocket" es una película atrevida. Baker utiliza a un personaje cuestionable para que el espectador empatice con él. No busca causar lástima a través de escenas dramáticas, ni intenta aplastar a su protagonista hasta el suelo con la intención de que los espectadores sientan que es el pobre hombre al que nadie le da una segunda oportunidad y que tampoco es tan mala persona (¿verdad, “Hillbilly Elegy”?), sino que, a través de sus acciones y una paulatina exploración hacia su pasado, Baker logra una conexión entre protagonista-espectador indudable. Un vínculo en que le reprocharemos sus malas decisiones, pero entenderemos que no es la peor persona del mundo. Aunque bueno, un poco de maldad hacia su personaje no me hubiera venido mal. Siento que Mikey, una vez que llega y se establece en la casa de su esposa, comienza a conseguir todo de una manera un tanto sencilla; sin esforzarse demasiado. Hasta el final, claro.
Algo de lo que Sean Baker debería de sentirse orgulloso es el haber logrado que la conexión que sentimos con el protagonista no sea exclusivamente de él, sino que esto es algo que se extiende hasta los personajes secundarios. Desde la esposa y su madre, quienes no lo quieren de vuelta en casa, hasta el viejo amigo que le da paseos en su auto para no estar con ellas, pasando por las vendedoras de drogas. Todos los personajes son tan divertidos y carismáticos como el protagonista, lo que hace que, cuando dejemos un poco de lado a Mikey, no nos aburramos, pues todos tienen algo que aportar a la cinta.
Pero mientras Baker respeta a su elenco de apoyo, su relación con Mikey es más complicada. Mikey es una persona que amas odiar y odias amar. Te encuentras intrínsecamente atraído por él debido a su impulso y encanto. Pero a medida que la película avanza y el gran plan de Mikey se hace más visible, tu actitud hacia él comienza a tambalearse. Como mencionaba al inicio de la reseña, Baker no duda en mostrarnos a un protagonista que, si bien es encantador, sus intenciones hacen que no lleguemos a empatizar al cien por ciento con él. Es una relación dinámica que cada uno debe experimentar. Tal vez termines la película diciendo “¿por qué apoyé a este bastardo?”, o bien, “¿por qué la gente lo trata tan mal?”, depende de cada uno. Eso logra Baker al desarrollar a Mikey.
Gran parte de esa respuesta emocional proviene de la brillante actuación de Simon Rex, cuya actuación recibió muchos elogios a finales del año pasado y muchos incluso pedían su nominación a los premios Oscars, lo cual a mí, sin haber visto la película, me parecía extraño. Es mi deber confirmarles que perfectamente es de las mejores actuaciones del 2021 y pudo haber entrado sin problemas a la terna final de nominados, al menos en uno que otro círculo de crítica, Globos de Oro, etc. Su explosiva interpretación es de admirar.
Si hay algo que “Red Rocket” tiene para ofrecer, es su comedia. Estamos ante una comedia de situaciones hilarantes que provocan muchas carcajadas. Sean Baker no se limita, ni tampoco se va a los dos extremos de la comedia. Tiene chistes de desnudos, pero no es siempre una comedia de pastelazo, sólo sirve para evidenciar más la ridiculización de su protagonista. Al igual que tiene chistes inteligentes, sin llegar a ser una comedia que sea pretenciosa. Baker sabe y conoce perfectamente a su personaje, a su entorno y las situaciones que estos generan, por lo que estamos ante una de las comedias más divertidas del año.
Si bien “Red Rocket” es super disfrutable, no es una película perfecta. La duración de poco más de dos horas le queda un poco grande a una historia que perfectamente se pudo haber adaptado a máximo 100 minutos. Son algunas subtramas las que, si bien son divertidas en sí mismas, no aportan demasiado a la historia principal de la película, por lo que pueden ser olvidadas con mucha facilidad por el público. Como digo, no son malas, pero están ahí para hacer reír un poco más; no con una intención narrativa, de desarrollo de personaje, o que mueva la trama de una manera orgánica. Al contrario, se estanca por momentos.
De la misma manera, si bien la mezcla entre comedia y drama le sale muy bien a Baker, son los afortunadamente pocos momentos dramáticos los que pueden llegar a entorpecer un poco la cinta. Se nota definitivamente que esta es una comedia en toda regla, puesto que cuando es el momento de ponernos serios, no se consigue de la mejor manera.
Aun y con algunos defectos, “Red Rocket” es una de las mejores películas de lo que llevamos de 2022 (hablando de su estreno comercial en México). Se ha convertido en una de mis favoritas por su explosiva comedia, sus personajes carismáticos y por su atrevido retrato de un Estados Unidos no tan perfecto.
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