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Foto del escritorRedacción CinéfilosMX

Red Sparrow: esperanza y decepción como condimentos principales

No todo es sexo, perversión y oscuridad. No todo es un final inesperado.

En los tiempos que corren, tener la opción de acudir a las salas para ver una película como ‘Red Sparrow’ podría considerarse todo un privilegio, dadas las persistentes limitaciones de la industria y la alta censura a ciertos mensajes y contenidos. Un thriller provocativo, sensual, oscuro, con una carga emocional no apta para los más sensibles. Todo parece listo para disfrutar de una diga competente del último “as” presentado en el género, Atómica. Sin embargo, la realidad vuelve a superar las expectativas.


Dominika Egorova (Jennifer Lawrence) es una joven bailarina víctima de una lesión planeada que la deja apartada del mundo del espectáculo. Con la presión de poder mantener a su madre enferma, se ve obligada a formarse como “gorrión”, convirtiendo su cuerpo en un arma para el servicio de seguridad ruso. Su nueva profesión la llevará a sumergirse en una espiral de mentiras, persecuciones y falsas apariencias en la que nadie puede confiar en nadie.


Francis Lawrence nos trae de nuevo la interpretación de Jennifer Lawrence, quien deja el nivel a una altura aceptable si tenemos en cuenta las limitaciones de su personaje. De hecho, muchos se quedan con las ganas de conocer más a su compañero de reparto, Joel Edgerton. El inicio de la película nos envuelve en un ambiente oscuro y siniestro, con un montaje paralelo provocador y una introducción a la historia que engancha al espectador e incentiva su curiosidad. Nos encontramos con un envoltorio colorido y perfecto para comenzar a ver más. Y ahí reside el problema de la película: solo tenemos un envoltorio, sin fondo, sin ocultar ningún caramelo más allá de un enrevesado y nada satisfactorio complot entre la CIA y la inteligencia rusa.

Encontrar una opción restringida a la mayoría de edad con un entramado como el presente no es nada fácil. El límite entre el exceso y lo políticamente correcto se encuentra bien ejecutado, incluso puede llegar a incomodar al espectador por su falta de empatía y una carga excesiva de violencia, no siempre explícita, pero sí fácilmente transmitida para hacernos querer salir de la sala y, aun así, no hacerlo. El problema empieza en el instante en que el espectador busca más allá de la estética y la premisa, en un intento por rasgar la superficie para encontrar la joya evidente que debería ocultarse entre las redes superficiales y que termina con misterios resueltos al azar y una baraja de cartas bajo la manga. Eso sí, la sensación se torna confusa con un final que consigue hacernos creer que estamos frente a un film acertado, gracias a un giro de guion inesperado y que consigue sacarnos una pequeña sonrisa antes de levantarnos de la butaca.


Sin embargo, es inevitable no volver atrás para analizar la película desde su inicio y contar de nuevo las incoherencias que pudieron llegar a significar algo, pero no lo hicieron. Las tramas parecen dispararse una tras otra con la intención de que alguna llegue a alcanzar un objetivo que, perdido en gran parte de la película, deja algunas motas de buenas ideas por el camino. ‘Red Sparrow’ es un intento de lo que pudo ser y no fue, de un pequeño adelanto dentro del género para acrecentar nuestras esperanzas, nuestra idea de lo que seguramente llegará en un futuro pero que aun no ha conseguido consolidarse. Darle la espalda a este avance sería un error y aplaudirle tampoco sería lo correcto, pues cualquier buen alumno debe aprender de sus errores para convertirse en maestro.


Por: Sara Salguero

Twitter: @sarita_sr93

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