Por: David Cavazos (@DavidCav21)
Hemos visto una infinidad de versiones de Drácula en el cine, la televisión y los videojuegos. Este personaje se ha consagrado como uno de los más icónicos en general, pero el tiempo nos ha hecho olvidar a su eterno asistente Robert Renfield. Durante casi un siglo ha estado a la sombra del dichoso Conde. Es aquí donde nace la historia de Renfield, que llega a las carteleras (lamentablemente fracasando en números) y que toma de referencia el clásico de Drácula de 1931 protagonizado por Bela Lugosi, al mismo tiempo sirviendo como una especie de secuela donde Nicolas Cage logra uno de sus papeles soñados como el Conde, presentando una visión muy suya.
De la mano de Chris McKay (The LEGO Batman Movie) y con guion de Robert Kirkman (creador de The Walking Dead), nos llega esta colmilluda comedia donde Renfield (Nicholas Hoult) sigue siendo sumiso al Conde Drácula (Nicolas Cage), pero se esfuerza demasiado en su independencia y en dejar a su jefe atrás. No será tan fácil, porque así como es perseguido por una familia criminal, el mismo Conde hará todo lo imposible para manipularlo y que nunca lo deje.
Con noventa minutos de duración, mucha comedia, acción y un elenco secundario que pone a Awkwafina y Ben Schwartz, Renfield es un extraño y enérgico relato de las relaciones tóxicas que no necesariamente tengan que ver con el amor. Relata la necesidad de redimir nuestros errores y dejar el pasado atrás, aunque este siempre nos persiga. Es una historia tóxica entre empleador y empleado qué no pierde el tiempo en ningún apartado y es lo suficientemente ágil para el entretenimiento rápido, porque es muy clara en que los temas que toca los va a dejar por la superficie y se va a apoyar en la sangre y la comedia.
La cinta deambula por dos historias. La primera se enfoca en Renfield tratando de ser una mejor persona y abstenerse de la violencia, la maldad y de Drácula. La segunda se enfoca en Awkwafina, quien interpreta a Rebecca, una policía que va tras la familia delictiva Lobo. Dentro de esta familia está un impecable relieve cómico como Ben Schwartz, quien da lo mejor de sí como un villano hilarante. Mientras que la primera historia se sostiene por esa gran química con ambos Nicolas, la segunda se va por el lado del drama hablando más de la corrupción, rompiendo con esa irreverencia que la película venía presentando al inicio.
Gran parte de la comedia funciona dentro su simpleza y la aparente necesidad de apantallar con secuencias de acción muy bien cuidadas. Pero en algunas ocasiones la película quiere tomar un rumbo más dramático que se siente melodramático. No es problema de Awkwafina porque hace lo mejor que puede con lo que tiene, pero durante sus primeros dos actos, carga con la historia más débil y menos interesante. Hoult y Cage (a pesar de que éste último no aparece tanto) gozan de más dinamismo, el primero siendo muy temeroso pero habilidoso con sus poderes y el segundo siendo más bestial, sanguinario y seductor, lo cual garantiza su disfrute.
Renfield saca mucho colmillo para el absurdo, para la sangre y para las risas, convirtiéndose en un buen rato para algunos, pero olvidable para otros. Si desean saciar su sed de entretenimiento, la invitación para ver Renfield está ahí, solamente falta que aceptes.
Comments