Por: David Cavazos (@DavidCav21)
Una de las producciones nacionales que pude ver en octubre pasado en el Festival Internacional de Cine de Morelia del 2020 es Sin Señas Particulares, el filme de la debutante Fernanda Valadez que retrata uno de los problemas más graves de nuestros días, la migración. Pero si ese tema ya era complicado, el situarlo con una madre y su hijo no solamente lo hace más solemne, sino también desgarrador para lo que es un drama de tinte pausado que, con justa razón, terminó triunfante en dicho festival y ha sido reconocida a nivel internacional.
Magdalena es una madre preocupada por su hijo, quien se había ido a los Estados Unidos cruzando lo frontera desde hace meses. No ha sabido de su paradero, ni de sus condiciones, ni siquiera sabe si está vivo o no, aunque las autoridades ya quieren que firme su certificado de muerte. Es así como empieza una odisea, una búsqueda, un viaje, en el que descubrirán que la migración y deportación ha afectado más de lo que hemos imaginado.
Con sutileza y mucha pausa, Sin Señas Particulares se caracteriza por ser una película silenciosamente misteriosa, cargada de incertidumbre por saber qué va a pasar, sin dejar de lado la triste realidad. El sentimiento de una madre por la preocupación provocada por la desaparición de su hijo es latente, salvaje, cargada con mucho temor y con momentos muy impredecibles.
Con un elenco liderado por Mercedes Hernández, quien tiene toda la carga emocional que conectará con el espectador en un sentimiento de realidad, sentimos que realmente estamos viendo algo que pudo haber ocurrido, con todo y final incluido. A ella le acompaña David Illescas, parte del elenco joven pero que tampoco debe subestimarse pues recae otro sentimiento de pesadez por lo que vivimos alrededor.
Esta película bien puede sentirse como un western, un thriller, una película de terror, un retrato social, algo basado en hechos reales, tratado con crueldad y con pesimismo que, si bien es una experiencia infernal cuando lo sitúan aquí, también resulta inmersiva, engancha y se siente contemplativa. Hasta cierto punto, la película retrata algo que no se puede pelear, algo que no puede combatir. El guion de Astrid Rondero lo hace ver así, como un punto sin retorno, en medio de un México rural y desolador por momentos, pero con una peculiar atención al detalle en el apartado técnico que engrandece más a la producción.
Sin Señas Particulares llegó a las carteleras y es una película que debe verse y analizarse, porque ha resurgido con fuerza el tema de las personas desparecidas a raíz de la migración y deportación, el filme de Valadez es un detonante más para esta temática, tratado con crueldad pero también con maestría, la cual será difícilmente consumida por el fuego.
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