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Spencer: La trágica fábula de una princesa en ascenso

Por: Victoria (@viktoria_jpg)


Autodenominada como “una fabula de una verdadera tragedia”, Spencer (2021) de Pablo Larraín retrata el desmoronamiento de Diana, Princesa de Gales, durante tres días de navidad en el castillo de la reina Isabel II en Norfolk. Con, posiblemente, la mejor actuación que Kristen Stewart ha presentado, la cinta se despliega en un torrente de ideas y locura, en su mayoría ejecutadas de forma brillante.

La primera línea pronunciada por Stewart como Diana es “¿Dónde diablos estoy?”. Conduciendo su automóvil, Diana está de camino al castillo de Sandringham para reunirse con la familia real en la cena de navidad; se encuentra en la mitad de la nada y se hace tarde. Estar perdida en la vida y encontrarse en un lugar desconocido para ella, es el punto de partida general de la vida adulta de Diana como todos hemos llegado a escuchar alguna vez.



La vida de la princesa de Gales ha sido adaptada una y otra vez para varias películas y series. La galardonada serie de Netflix The Crowncon Emma Corrin interpretando a la joven Diana, así como Diana: The Musical(musical estrenado hace un par de meses), “Diana” (2006) con Naomi Watts, The Queen(con Helen Mirren interpretando a la reina Isabel II) en donde se analiza la muerte de la princesa y el impacto que tuvo en la familia real y un sinfín de documentales que abordan la vida de Diana desde distintos puntos de vista.


Y ahora tenemos al director chileno Pablo Larraín adaptando su propia historia sobre la princesa de gales. En manos de ese cineasta, Spencer se ý como una historia alejada de las adaptaciones que se habían hecho previamente sobre la vida de la princesa, nos encontramos con una cinta íntima que no trata de martirizar la vida de Diana simplemente porque los medios la han pintado de esa manera desde su muerte, Larraín impregna una sensación de horror reprimido y una ansiedad creciente que se va elevando poco a poco hasta llegar a un clímax en donde hasta uno mismo llega a dar un suspiro de alivio momentáneo, porque si hay algo que logra Spencer es mantenerse con un constante frenesí de emociones en donde ni siquiera a Diana se le da la libertad de respirar y esa misma sensación se transmite al espectador.


A diferencia de las ya mencionadas adaptaciones que se han hecho sobre la princesa en donde se trata de abordar los eventos más importantes de su vida, tales como su matrimonio con el príncipe Carlos, su separación, las labores altruistas que hacia o su ascenso a la fama, Spencer intenta recrear (con ciertos toques de ficción y hasta terror) los últimos días de Diana antes de darse cuenta de la verdadera vida que decidió llevar al aceptar ser parte de la familia real e iniciando así su divorcio. Así pues, la cinta refleja la muerte de la libertad de Diana y la miseria de su vida matrimonial, al mismo tiempo que solemniza el renacimiento espiritual que experimentó durante su estancia navideña con la familia real. Nunca se sabrá exactamente lo que sucede detrás de las paredes del castillo que rodea a la familia real y Larraín, consciente de ello, en lugar de vender una historia basada en hechos reales, lo hace a modo de fábula, una tan agradable como para contársela a un niño, pero con sutiles toques de terror que le harán tener pesadillas.



El terror dentro de la cinta se presenta a través de los paralelismos que se trazan entre Diana y Anne Boleyn, la reina del siglo XVI que fue decapitada por su esposo Henry VIII porque quería reemplazarla con su nueva amante como reina. Vemos visiones de la reina Anne rondando por el castillo con un traje medieval, y llegado un punto, la misma Diana está vestida con ese atuendo recorriendo los pasillos en busca de alejarse de algo o alguien que la está atormentando.


A la largo de toda la película claramente nos encontramos con distintas metáforas, una de ellas es el famoso collar de perlas que el príncipe Carlos le regaló a la princesa, pero también a Camila (su amante en ese entonces), Diana es consciente de la belleza del mismo, pero al usarlo le genera una sensación sofocante en el cuerpo. El collar funge como el constante remanente de la infidelidad de Carlos hacia ella y el dolor que le provocó al darse cuenta de esto.



A muchos podrá parecerles que Spencer no ofrece una nueva visión de la vida de Diana, pero analizándolo un poco creo que Larraín quería dejar de lado esas adaptaciones en donde se victimiza a Diana simplemente porque sí, y en cambio intenta contar una historia a través de una narrativa más inclinada a la fantasía y una ansiedad cruda que te mueve por dentro.

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