Por: David Cavazos (@DavidCav21)
Los documentales sobre artistas han cobrado más fuerza y han llamado la atención de sus fanáticos por mostrar una faceta más completa de su artista favorito, al igual que ha servido para los que no conocen al artista para introducirlos en su mundo. Ejemplos hay muchos y el recién llegado a esta tendencia es José Álvaro Osorio Balvín, mejor conocido como J Balvin, alguien muy querido por muchos y odiado por otros. El reggaetonero de Medellín, Colombia, nos presenta su vida de manera más íntima y con sus seres queridos en esta película que se estrena directamente en Amazon Prime Video.
Tal como lo ha dado a conocer en redes sociales, Balvin ha pasado un tiempo difícil debido a la depresión y la ansiedad, pero llega el momento más importante de su carrera cuando se presente en su tierra natal en un concierto sold out. El documental abarca días antes del concierto donde Balvin regresa a su tierra Medellín, pero encuentra en su alrededor una inestabilidad política en Colombia (que sigue vigente hasta la fecha) que no solamente ha alterado la paz, sino que también ha costado vidas. En medio de todo ese suceso, se debate si los artistas deben estar involucrados en lo que sucede en la política o se deben dedicar solamente a entretener.
En estos últimos años donde nos presentan documentales de artistas que se mezclan más nuestra realidad, The Boy From Medellín está en un terreno promedio. Yo no soy fan de J Balvin, no disfruto su música realmente, pero puedo entender lo que quiere comunicar en The Boy From Medellín. Es un retrato honesto de lo que ve José Álvaro Osorio Balvín a su alrededor con todo lo que ha sucedido en Colombia, remarcando la crítica de que los artistas no necesariamente deben mezclarse en lo político y tirar mierda hacia el artista por no salir a dar su opinión, por ser prudente. Es un Miss Americana pero de Balvin, alguien que empezó desde muy abajo pero no ha perdido el piso, le ha batallado, le ha sufrido y, sin importar si se trata de gente privilegiada o no, se respeta. El documental lo refleja de una forma que no va a llegar a impactar o servir de punto de discusión, pero puede sentar las bases para comentar no solamente lo ocurrido en Colombia, algo que es importante discutir en estos días.
Si bien dentro de este dilema en el que Balvin está metido no se profundiza tanto como lo esperado, enfocándose más en el preámbulo al magno evento que se tiene preparado, es un punto de partida. Se encarga también de explorar el pasado de Balvin sentando las bases de cómo son sus ideales en la actualidad, reflejando que todos los haters de Balvin tienen de argumento que el cantante no se encuentra o no aparenta estar involucrado en la política de su país. Tanto se abarca este tópico que se deja de lado lo musical para abarcar lo social. El director Matthew Heineman hace un buen trabajo en humanizar al artista y mostrar una intimidad contenida donde se reduce a su familia, amigos, colaboradores y compañeros de trabajo, todos ellos juntos ven cómo Colombia colapsa y esperan que Balvin haga algo, cuando éste último no es un político para generar el cambio sino un cantante que entretiene. Pero las críticas hacia él son latentes por esa ausencia o por diversas razones.
The Boy From Medellín no tiene mucho qué destacar en medio de los documentales sobre cantantes o en el género mismo, pero hace un trabajo competente para brindarnos una mayor perspectiva de un artista que está sujeto a las críticas por temas sociales o personales. Entra en un terreno promedio, pero no menos efectivo.
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