Por: Freddie Montes (@FreddieMontes)
Ryan Gosling, Chris Evans y Ana de Armas protagonizan esta cinta de los hermanos Joe y Anthony Russo que gracias a su presupuesto de 200 millones de dólares se ha convertido en la producción más cara en la historia de Netflix.
Durante su estancia en prisión, Court Gentry (Ryan Gosling) es reclutado por Donald Fitzroy (Billy Bob Thornton) para formar parte de un grupo de mercenarios altamente calificados al servicio de la CIA. Años después de este encuentro, Court, quien ahora trabaja bajo el alias de “Sierra Seis”, pasará a ser perseguido por su propia agencia tras descubrir información comprometedora. “Seis” deberá viajar por todo el mundo en compañía de la agente Dani Miranda (Ana de Armas) para evitar ser atrapado por el malvado Lloyd Hansen (Chris Evans), impedir que la información que tiene en su poder llegue a manos equivocadas y salvar la vida de una joven que ha sido tomada como rehén.
Basta con echar un vistazo a su tráiler, sinopsis o sencillamente a sus imágenes promocionales para darse cuenta que ‘The Gray Man’ (‘El Agente Invisible’), la nueva súper producción de Netflix, es otra de esas películas de acción hechas con el manual. Tiene grandes estrellas que, independientemente de su talento para la actuación, llenan el ojo de los espectadores con su simpatía y su físico; cuenta con un presupuesto millonario; se desarrolla en bellísimas locaciones de talla internacional y apuesta más por la acción que por la trama. Hasta este punto no hay nada fuera de lo común, pero las esperanzas en el proyecto surgen al descubrir que este filme no sólo cuenta con un presupuesto millonario, sino que se trata del presupuesto más grande para una película de Netflix en toda su historia, que es la adaptación cinematográfica de una exitosa pero sobre todo extensa saga de libros (once novelas publicadas y una en proceso) escrita por Mark Greaney y que está bajo el mando de Joe y Anthony Russo, los hermanos a los que se les atribuye ser los arquitectos de la etapa más prolífica del Universo Cinematográfico de Marvel. Pero ni todos estos elementos fueron capaces de entregarnos un producto con un valor agregado, culminando en una cinta del montón con ciertos elementos que le suben algunos puntos pero que no le impiden posicionarse como uno de los grandes fracasos de este verano.
Lo primero de lo que sufre esta cinta es de una mala dirección. Los Russo son una pareja acostumbrada a trabajar historias de superhéroes, por lo que sus escenas de acción mejor logradas son aquellas que rayan en lo ridículo dentro de una historia que se sitúa en un supuesto contexto de realidad, es decir, cuando uno de los personajes se avienta sin paracaídas de un avión y sobrevive o cuando logra escapar de la manera más inverosímil posible, sin embargo, la mayoría de las escenas de este tipo están, primero, terriblemente coreografiadas, pero sobre todo mal filmadas y montadas, las tomas pocas veces se mantienen estáticas, por lo que disfrutar de la acción resulta una tarea compleja. Este par de hermanos trata de ocultar, mediante sus movimientos de cámara y trucos de edición, sus carencias para confeccionar secuencias de acción, o quizá realmente piensan que la acción debe nacer de movimientos ilógicamente salvajes de cámara en lugar de que estos ayuden a hacer brillar lo que está pasando frente al lente.
Siguiendo con los Russo, resulta increíble que los responsables de un thriller bien logrado dentro de las pretensiones de Marvel como lo es “Captain America: The Winter Soldier” hayan sido incapaces de comprender que el género de acción también requiere ir de la mano con el suspenso, deben existir una buena cantidad de momentos en los que la dinámica del gato y el ratón sirvan para generar un ambiente tenso que se puede extender tanto como la capacidad de sus directores se los permita, sin embargo, en ‘The Gray Man’ no hay ninguno momento que provoque este sentimiento, Joe y Anthony lo intentan poco y cuando nos lo presentan somos testigos de situaciones absolutamente planas.
Decir que esta cinta es medianamente entretenida quizá sea un reconocimiento muy alto para un producto cuyo guion comete un par de errores criminales. Por un lado, el personaje de Ryan Gosling es un agente secreto dentro de la cinta, pero también es un protagonista secreto para los espectadores, no sabemos absolutamente nada de él, pero tampoco existe, al menos dentro de su primer acto, un momento del tipo “save the cat” que nos permita generar empatía con él, realmente todo en ese personaje es muy plano, no hay naturalidad pero tampoco un ápice de empatía para poder convertirse en el protagonista que cualquiera puede amar. El segundo y principal problema narrativo de esta cinta es que toda su trama se compone de un compendio de escenas de acción inconexas e intrascendentes que terminan por introducir al espectador en una especie de bucle que no lleva a nada concreto, simplemente son innumerables escenas de acción con exactamente la misma finalidad, que es la de ver al protagonista (con el que no se ha logrado generar empatía) huyendo del mismo peligro y de los múltiples intentos de un villano que realmente es patético en lo que hace.
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante enfatizar en las situaciones ilógicas de este filme, es cierto que los momentos extremos son intrínsecos de este género, pero ver al protagonista huir de un avión en movimiento que se está desplomando sin ningún tipo de protección no está bien, pero no porque no sea lo común en las películas de acción, sino porque ese es su primer escape en toda la cinta, no puedes presentar una de tus grandes apuestas a la inverosimilitud en el primer acto porque provocas que se pierda la sorpresa durante el resto del camino al saber que estamos ante un auténtico súper hombre que va a ser capaz de escapar de cualquier escenario. Y claro, no se trata de hacernos tontos, todos sabemos que eso es lo que va a pasar desde que inicia la película, pero los encargados de esto deben de procurar que exista cierta magia dentro de su propio producto en lo particular, es una simple relación de dar y recibir entre el cineasta y el espectador, si quien está viendo tu película va a jugar a que se cree que todo lo que pase en ella es humanamente posible, entonces tú como guionista debes armar las piezas de tu fantasía para ayudar a que él así lo crea y todos puedan entrar con cierto realismo a la misma farsa. Mención aparte al hecho de que estamos ante un grupo de personajes cuyo trabajo es poner en marcha misiones secretas pero durante las dos horas de películas los vemos hacer, a todos, un cagadero internacional que inevitablemente llama la atención del mundo.
Ahora bien, estamos ante una productora gigante como lo es Netflix en un momento crítico de su existencia haciendo el mayor gasto de su historia, por lo que sería muy inocente pensar que no se tomaron muchas decisiones sobre este producto directamente desde la mesa, sin embargo, también hay que considerar que es un producto de los hermanos Russo, quienes independientemente de tener una filmografía para nada extraordinaria no me atrevería a catalogarlos como unos directores sin voz, simplemente impuestos para cumplir lo que los productores digan, al contrario, me parece que si esta pareja aceptó participar en el proyecto fue con la condición de tener la mayor libertad creativa posible, entonces, concentrémonos en su trabajo y preguntémonos ¿Realmente su presencia le aportó algún valor agregado a la cinta? La respuesta simple es que no y para fundamentarla basta con leer el resto de este artículo. Entonces, ‘The Gray Man’, más que ser una prueba de porque se debe hacer la gran venta de que un título está bajo la dirección de los Russo, es una demostración de que estamos ante los burros que tocaron la flauta, su “Captain America: The Winter Soldier” es, sino el mejor, si uno de los pocos productos cinematográficos destacables del Universo Marvel, pero sus otras tres cintas para dicha franquicia no fueron más que un compendio de elementos hechos para fanáticos con conectores narrativos medianamente funcionales que cualquier seguidor de la saga estuvo dispuesto a tragarse (hablando sobre el correcto funcionamiento del “dar y recibir” en el cine a pesar de contar con un producto mediano). Después, saltaron al drama con una decepcionante ‘Cherry’ y ahora nos presentan algo que pintaba para ser un filme que los podría encasillar como una dupla relevante dentro del género de acción, lamentablemente, se han quedado en la nada al demostrar que, hasta ahora, únicamente cuentan con un producto realmente rescatable dentro de una filmografía de casi diez películas, unos burros a los que tocar la flauta les llevó a gozar de un presupuestos de 200 millones de dólares, nada mal.
Ya se habló del poco trasfondo que tienen los personajes desde el punto de vista narrativo, pero qué hay de los actores que los interpretan. Ryan Gosling es un tipo carismático y talentoso, eso lo sabemos todos, pero en esta ocasión su interpretación es tan gris que si en su lugar estuviera cualquier otro actor, incluso cualquier otra persona medianamente atractiva sin ningún estudio histriónico, la película caminaría igual, no hay una explotación de la estrella principal por ningún lado, es únicamente el nombre y trayectoria del canadiense lo que justifica su elección. Como el antagónico tenemos a Chris Evans en la interpretación de un villano de caricatura, sin motivación alguna, malvado porque así lo dicta el libreto, bueno, en lo único que es verdaderamente malo es en su trabajo, pero eso sí, con una risa malévola que según los creadores de la cinta debería ser suficiente para convencer a todos de que es un gran villano, por más que intenten hacerlo pasar por un antagonista diferente y moderno cuenta con todos los clichés posibles, pero además todos mal encausados. Finalmente está Ana de Armas, quien es la única del trío protagónico que cumple a secas, es cierto que brilló más en cinco minutos dentro de ‘No Time to Die’ que en todo el tiempo en pantalla que tiene en este filme, pero con lo que hace aquí le basta para reafirmar que estamos ante la próxima figura femenina del cine de acción hollywoodense.
En conclusión, se puede decir a favor de ‘The Gray Man’ que tiene contadas escenas de acción que resultan interesantes, escenarios bellísimos y asombrosos que llenarán la pupila por el simple hecho de aparecer y que su simpleza narrativa hace que algunos pasajes resulten entretenidos, pero es esa misma simpleza el reflejo de una serie de escenas de acción inconexas y personajes planos que, por si fuera poco, son interpretados en su mayoría por actores terriblemente dirigidos que o resultan nulos de emociones o se van al extremo de la sobreactuación. No dudo que esta saga dé para algunas secuelas más (recordando que se trata de una serie literaria conformada por once novelas publicadas y una por salir), incluso se acaba de confirmar que habrá una segunda parte sustentada en el hecho de que para su protagonista Ryan Gosling se trata del primer contrato que firma en su carrera con opción a extenderse ante la posible realización de una saga cinematográfica, sin embargo, Netflix necesitara tomar caminos mucho más arriesgados si no quiere que a las primeras de cambio su súper proyecto fílmico se vuelva tan invisible para el público como el título en español de esta película.
Comments