Por: David Cavazos (@DavidCav21)
A24 vuelve en su máximo esplendor explorando el terreno de la fantasía de la mano de un director que ya la ha dominado.
David Lowery ya ha hecho fantasía para Disney con su live action de Mi Amigo el Dragón (2016), además de ser el futuro director de otro proyecto de la compañía del ratón, Peter Pan & Wendy. Pero un año después de esa película, nos llevó hacia el camino de la muerte y el existencialismo con A Ghost Story (2017), también de A24. Con mucha expectación, pero también con algunos retrasos, tenemos su nueva película, la cual nos lleva al terreno medieval, pero con un giro más personal, intimista, que guía más por el pensamiento interior de nuestro protagonista.
Tomada y adaptada de la famosa leyenda artúrica, The Green Knight nos contará la historia de Sir Gawain (Dev Patel), el sobrino del Rey Arturo que se embarcará en un viaje para enfrentarse al Caballero Verde después de haberlo hecho un año atrás. Ese viaje será acompañado de fantasmas, gigantes, ladrones y demás sucesos en el que Sir Gawain tendrá que tomar la perspectiva de sí mismo y probar su valía, pero ¿a qué costo?
David Lowery convierte las leyendas arturianas en algo intimista y metódico. No es un viaje del héroe, es un viaje a través de la pesadez para Sir Gawain, lo que él espera ser, lo que está destinado a ser, sus propias expectativas, lo que todos quieren que él sea, porque su reputación creció garrafalmente después de haberse enfrentado a este mítico y juguetón caballero mitad hombre mitad árbol. No es una batalla épica contra el Caballero Verde, es una lucha consigo mismo y el futuro. La epicidad recae en el mundo más no en la acción ni en el evento, sino en los pensamientos, aplicando el mismo ritmo que con su anterior trabajo: A Ghost Story. Dentro de lo que es A24, me atrevo a decir que es su película más ambiciosa, también una de las más crueles y solemnes, pero completamente vibrante en todo sentido. The Green Knight es una película de fantasía, que no puede estar más apegada a la realidad, a la crudeza que recae en nuestros hombros a través de la acción de querer superar las expectativas que los demás tienen de ti. Todo esto rodeado de una epicidad silenciosa.
Está de más destacar el apartado de la fotografía a cargo de Andrew Droz Palermo y el manejo del color, la manera en cómo recorremos escena por escena como si de una película clásica se tratara, de todo ese apartado ya se ha dicho mucho y el volverlo a decir ya será repetitivo, alcanza el punto máximo de disfrute visual. Lo que se respeta es que esta película tiene el presupuesto de un episodio de Game of Thrones y lo han aprovechado mejor que nunca, en la ambientación, el vestuario y los efectos especiales para hacer de la época medieval algo que nunca habíamos visto antes, solo que sus detalles como la ambientación y la música nos hacen sentir más inmersos.
Había leído de alguien que ésta era una mezcla entre Lord of the Rings y Blade Runner 2049. Una ingeniosa, pero nada descabellada comparación que se acapara desde el ritmo, la lentitud, los momentos oscuros y de silencio donde solamente existen dos enemigos: nuestro alrededor y uno mismo. Con esa comparación, es importante recalcar que deben verla con la idea de que estamos a algo muy alejado de lo que nos ha establecido producciones anteriores sobre las historias de Camelot, que la reacción de la audiencia general no los engañe, pues lo que verán será una historia épica, pero con el estilo de A Ghost Story.
Patel, Vikander, Edgerton, Keoghan e Ineson como el caballero con el que se comparte el título de la película están verdaderamente brillantes y Lowery tanto en el guion y la edición se ha lucido completamente, brindándole magia a la realidad y viceversa. Definitivamente sirve como una película navideña, sin los simbolismos de estas festividades, pero sí toma las fechas y se convierte en una esencia propia.
The Green Knight es un evento indie con una magia única aderezada de realidad, retrospectivas. Una de muestra importante de que con tan poco puedes lograr mucho, tanto en lo técnico como en lo narrativo, además de tener el ingenio de aprovechar cada apartado y no desperdiciarlo en este evento artúrico que te dejará pensando por un buen rato.
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