Por: David Cavazos (@DavidCav21)
En el 2016, Robert Eggers sorprendió a propios y extraños con ‘The Witch’, una historia de terror con folklore y una intensidad predominante protagonizada por Anya-Taylor Joy. En el 2019, Eggers reunió a Robert Pattinson y Willem Dafoe en una delirante deconstrucción del terror con ‘The Lighthouse’, la cual es mi favorita de este director hasta la fecha. Lo que une a ambas es que son propuestas independientes y un concepto distinto de terror del que no todos los espectadores puedan estar preparados. Pero en este año, Eggers se lanza por todo lo alto con su producción más costosa (entre $70 y $90 millones de dólares de presupuesto) y con la confianza de Universal Pictures para presentar ‘The Northman’, o ‘El Hombre del Norte’ en México, con guion del mismo Eggers y Sjon (quien ya nos había entregado ‘Lamb’) y la dirección de este primero. Esta producción ambientada en el siglo X presenta a un reparto de lujo conformado por Alexander Skarsgard, Anya-Taylor Joy, Ethan Hawke, Nicole Kidman, Willem Dafoe, entre otros.
El joven príncipe Amleth, hijo del Rey Aurvandil y la Reina Gudrun, está destinado a la grandeza. Pero tras la muerte de su padre a manos de su tío Fjölnir, Amleth escapa para sobrevivir. Pasan los años y Amleth se convierte en un vikingo que no descansará hasta cumplir sus objetivos: vengar a su padre, salvar a su madre y matar al traidor. ¿Les suena El Rey León? ¿Les suena Hamlet de William Shakespeare? En esencia eso es El Hombre del Norte, pero a pesar de que pueda sonar convencional, es en la ejecución donde encontramos una película excepcional en la que se mantiene el sello de Eggers en sus conceptos, simbologías y en el apartado técnico.
‘The Northman’ fue una de las experiencias más curiosas que he tenido en una sala de cine. Tenía la pantalla tan cerca que apreciar todo de golpe fue difícil de procesar, pero es por el hecho de que realmente nos transporta al siglo X, estamos dentro de la película y, junto con los personajes, sentimos esa brutalidad y suciedad que Eggers representa perfectamente. Pero me dejé llevar y vaya, fue toda una experiencia vivir esta película en la pantalla grande. Robert Eggers nos da la combinación perfecta entre un espectáculo y una historia de venganza que toma sus sorpresas para todo aquel espectador que esperaba de esto algo predecible.
No nos da héroes ni villanos, pero nos da personajes con motivaciones y cuyas acciones nada benévolas le terminan por crear una dualidad interesante a cada uno en lo que se refiere al bien y el mal, concepto que, para esta película, está diluido. Luchan por lo que creen, pelean por lo que, supuestamente, les pertenece. El trabajo de Eggers en el guion es hacer de una producción de gran presupuesto, un ejemplo de cuán podrido y sucio es el ser humano a través de sus deseos y pensamientos.
Alexander Skarsgård y Anya-Taylor Joy están perfectos en pantalla. Sus interacciones son magníficas y brindan diversos momentos significativos que mezclan las creencias con los pensamientos oscuros. Además de que Skarsgård muestra una brutalidad apantallante donde impresiona en cada momento de pelea. Nicole Kidman se come la pantalla con su presencia. Lo único malo de Willem Dafoe es que salió muy poco. El resto del elenco, brillante.
El diseño de producción y todo el apartado técnico (para ser una película de gran presupuesto), es impresionante, junto con la fotografía que le saca mucho jugo a la ambientación. Es justo lo que esperas de una película de Eggers y han aprovechado al máximo dicho presupuesto. Ni se diga del sonido, esta película está para verse en una sala de cine, en la pantalla más grande y con el mejor sonido. Es brutal, es emocionante, es intrigante. Uno de los temores puede llegar a ser el ritmo, algo que ha sucedido en los anteriores trabajos de Eggers, pero en el caso de ‘The Northman’ estamos ante la película más accesible del director, la película se pasa volando en sus dos horas y cuarto de duración.
‘The Northman’, ‘El Hombre del Norte’ o el norteño pa' la raza, es un tipo de superproducción que pocas veces se ve en una sala de cine, algo que se debe agradecer por brindarnos una combinación de espectáculo, drama, una historia de venganza y simbología nórdica muy apegada y estudiada. Una película imperdible no solamente de ver sino de vivirla en la mejor sala, con el mejor sonido. Larga vida al Hombre del Norte.
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