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The Trial of the Chicago 7: Una batallla de palabras e ideas orquestadas por Aaron Sorkin

Por: David Cavazos (@DavidCav21)


Aaron Sorkin, considerado uno de los mejores guionistas de Hollywood, está de vuelta y por partida doble; en el sentido de que no sólo vuelve como guionista, sino también como director. El guionista de Moneyball (2011), The Social Network (2010) y la serie The West Wing (1999) se pone una vez más detrás de las cámaras después de Molly’s Game (2017) para mostrar un evento importante de los Estados Unidos, un evento que realmente sucedió y que esta película usa de base para relatar una historia con los diálogos que nos ha acostumbrado Sorkin durante este tiempo. En esta ocasión, nos remontamos a finales los años 60’s, donde siete individuos son juzgados y acusados por conspiración contra la seguridad nacional del país por medio de manifestaciones y protestas durante la guerra de Vietnam. El juicio de los siete de Chicago marcó un antes y después en los tribunales, tanto en el ámbito social, como en el ámbito político.

Quizás lo más interesante de esta película (además de contar con el estilo Sorkin) es su elenco porque todos tiene una espléndida actuación. Lo más destacables son Sacha Baron Cohen en un papel estupendo con algo de cinismo y un toque ligeramente cómico donde el actor se siente aprovechado; Jeremy Strong (a quién conocemos por la fantástica serie Succession) hace un estupendo trabajo dándole tiempo para brillar y congeniar con Cohen. Eddie Redmayne también tiene su propio tiempo para sobresalir y desenvolverse. Joseph Gordon-Levitt es más contenido e igual de satisfactorio, la pequeña presencia de Michael Keaton no está nada mal. Pero con quien sientes un poco más de intensidad es con Mark Rylance y Frank Langella (este último tiene una fantástica actuación, pero ya hablaremos más delante de su personaje). Todos, absolutamente todos, están muy bien en pantalla, demostrando que Sorkin es un muy buen director de actores. Nadie tiene el foco de protagonistas, todos los son, sin uno de ellos, las cosas se pierden poco a poco.

Hablando de Sorkin, no podíamos dejar pasar ese guion tan ágil. El 70% de la película abarca el juicio como tal, combinados con ciertos flashbacks. Pero, la mayor característica de esta película es que las palabras están para que los actores brillen. Es una batalla de palabras, un intercambio de comentarios que le dan mayor intensidad al juicio y a los personajes. Tiene ese toque integrante que te hace querer seguir viendo más gracias a ese impecable ritmo y ese dinamismo. La defensa, la ofensiva, las ideas y las visiones explotan por doquier de manera rápida, fugaz e interesante. Todos los personajes (excepto uno) tienen una visión propia de los eventos a su alrededor y cómo levantar la voz. No se trata de un duelo y ya, se trata de visiones variadas de las que puedes estar de acuerdo o diferir. Es fácilmente de las mejores cosas de la película y no me sorprendería que la película sea nominada al Oscar por guión. En cuanto a apartado técnico, está bien. No hay nada que lleguemos a destacar más que la edición, la cual sirve para acomodar los momentos, brindar contextos y poner contrastes de los personajes.


Ahora, hay dos detalles de esta película que, si bien no me molestaron, tiene cierta debilidad en el resultado final. El primero es Frank Langella (reitero, no es por su actuación) como el juez a cargo del caso. No sé cómo haya sido en el evento real, pero aquí es donde flaquea Sorkin en su guion en hacer del juez un antagonista solo porque sí, sin algo de matices. Sólo está para llevar la contraria a los protagonistas y tiene muy buenos momentos, pero hacía falta ideas de fondo, aunque la actitud conservadora que presenta hace juego con los dilemas éticos de los siete de Chicago y el personaje de Joseph Gordon-Levitt. El segundo detalle recae en la dirección de Sorkin, la cual no es para nada mala. Pero, comparado con su labor de guionista, sí se nota ciertas decaídas al momento de dirigir y coordinar una historia en cuanto a apartado técnico se refiere, me hubiera gustado ver más cosas fuera del juicio.

The Trial of the Chicago 7 es la película de juicios que tanto extrañaba ver, pero con un tremendo dinamismo en el guion de Sorkin y un reparto impecable digno de nominación. Es un drama más que sólido en el que no habrá ninguna objeción para disfrutar.

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