Triangle of Sadness: Los ricos también “sufren”
- David Cavazos
- 25 oct 2022
- 3 Min. de lectura
Por: David Cavazos (@DavidCav21)
Respaldado por la Palma de Oro obtenida en el Festival de Cannes de este año, misma que obtuvo en 2017 por The Square, Ruben Östlund regresa para darnos una de las películas más sobresalientes del año, ahora en forma de una comedia satírica que ha dado mucho de qué hablar, no solamente por su contenido, sino por todo el revuelo que ha ocasionado. Con motivo de su estreno en el Festival Internacional de Cine de Morelia de este año, este es el momento idóneo para platicarles sobre Triangle of Sadness, una de las mejores películas del año. Siendo la triunfadora de Cannes, no es de sorprenderse que estemos ante una producción que ofrece más de lo que pensamos y, en este caso, que sea tan cercana a Parasite en cuanto a tono se refiere. Esta cinta aparece para ofrecernos una sátira del poder y la riqueza, así como para hacernos entender que tener dinero no es sinónimo de ser exitoso.

La célebre pareja conformada por Yaya y Carl (influencer y modelo, respetivamente) es invitada a un lujoso yate con la finalidad de promocionarlo en sus redes sociales. Dentro del mismo, convivirán con millonarios extraños y pintorescos. Además, conocerán al Capitán, quien podría ser igual o peor que los navegantes. Pero por si las rarezas de los pasajeros no fueran suficientes, cuando el yate comienza a tener problemas, empieza una lucha de egos, poder y presunción que desencadenará eventos hilarantes, hasta llegar a lo nauseabundo.
Lo que logra Östlund con Triangle of Sadness es la sólida combinación que raya de la comedia satírica y escatológica, algo similar a lo que Everything Everywhere All At Once de los Daniels ha planteado. Pero esta vez, Östlund expone con su humor negro la insana mente de los millonarios, los delirios de grandeza, fetiches y extravagantes costumbres que van transmitiendo a través de la presunción. Dividida en tres partes, la película aprovecha cada uno de sus temas en estas tres etapas para que su duración de dos horas y media no se sienta larga ni aburrida. Con todo y el factor de que estos tópicos estén muy “en tu cara”. La segunda parte es la que más reluce a nivel de comedia, pues tenemos una primera parte que profundiza más en nuestra pareja y cómo dentro de la riqueza hay muchos conflictos, para después desatar el caos durante el resto del filme.
Dentro de su elenco, se destaca a Harris Dickinson, incluyendo a una gran Charlbi Dean (recientemente acaba de fallecer en el mes de agosto por problemas de salud a sus 32 años, siendo esta su última producción) quien aprovecha todos los componentes dramáticos para después mezclarlos con los cómicos. Al que tampoco desperdician en lo absoluto es a Woody Harrelson como el despistado Capitán, un repunte más para la comedia funcional que nos ha presentado. Si piensan que la lucha entre las clases sociales ya es complicada, la lucha entre los mismos miembros de la clase alta no podía ser retratada de manera tan salvaje y descarada pues con el desfile de temas que recae entre las modelos, el cambio climático, la imagen ante el mundo y la necesidad de exponerse se erige una historia que solo podría ser definida por el caos.

Con una película de comedia cualquiera puedes llorar de la risa, pero con Triangle of Sadness de Ruben Östlund la risa te hará vomitar. Una perfecta sátira social elitista que resalta por un buen manejo de ritmo a través de sus tres partes, grandes actuaciones, entre las que destaca un Woody Harrelson mejor que nunca, y un sabio manejo del humor que nos expone el lado más descarado de los ricos, porque no era suficiente saber que eran tan raros.
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