Por: David Cavazos (@DavidCav21)
Pixar está de regreso (desafortunadamente para Disney Plus en lugar de los cines) con una de sus historias más destacables que, por más fantasiosa que sea, termina por ser una de sus más humanas. Con una desaprobación de los cibernautas previo al estreno debido al concepto que nos presenta, la película llegó a la plataforma de Disney Plus para callar bocas de los haters y mostrarnos una refrescante historia sobre crecer. Bajo la dirección de Domee Shi, quien triunfó con su cortometraje Bao, nos llega Turning Red, la cual se ambienta en el año 2002 en Toronto, Canadá.
Esta es la historia de Meilin Lee, una niña asiática-canadiense de 13 años que es muy segura de sí misma, pero también muy obediente con su sobreprotectora madre quien le hace pasar vergüenzas constantemente. Si de por sí la complicada edad de 13 años le genera cambios en su vida y en su persona, cada vez que sus emociones se intensifican, se convierte en un enorme panda rojo. Pronto, Mei aprovechará esta curiosa habilidad, pero descubrirá que si hay algo más bestial que la figura en la que se convierte, es crecer.
Es verdaderamente incomprensible el hate que se le ha dado a la película desde que se anunció. Pero si hay algo que puedo decir es que Turning Red le da a Pixar la capacidad de ser más versátil al momento de contar historias, una historia encantadora sobre crecer cuya personalidad la distingue sobre otras películas del estudio, se agradece que no se llegue a sentir algo más de lo mismo sino que todo se rodea ante su protagonista Mei-Mei, quién solamente busca la aprobación de su mamá pero se olvida de crecer junto con las amigas que la quieren.
Pero aquí no se trata de villanizar a la mamá o hacer que estemos del lado de Mei, sino de reflejar una etapa por la que todos hemos pasado. A los 13 años apenas nos estamos descubriendo y nuestras ideas van a chocar con la de nuestros papás. Shi (siendo la primera directora mujer en dirigir una película de Pixar en solitario) captura lo que ella también vivió, pero añadiendo el toque místico. La única adversidad que está enfrentando Mei en esta historia es cargar con todas las expectativas de su madre en sus hombres, en la necesidad de ser perfecta tal como su madre quiere, cuando realmente está olvidándose de vivir con sus amigas, uno de sus mayores soportes emocionales.
Muchas de las quejas (algo estúpidas realmente) de los cibernautas van hacia nuestra protagonista y sus amigas (muy carismáticas por cierto), el cómo se comportan, que la película pueda ser muy girly o que la película está enfocada en algo muy específico que no los identifica. Tal parece que olvidaron sus tiempos de secundaria, donde toda su prioridad eran los videojuegos o, como el caso de esta película, acudir a un concierto de su banda favorita. Se olvidan de que todos a los 13 años dábamos pena ajena. Es algo que toda la familia puede ver realmente, las niñas que pasan por esa edad, principalmente, y los padres que buscan conectar con ellas.
Es un coming of age bien contado, con un muy buen sentido del humor y la animación pues, qué les digo, es Pixar. Es una pena que no se estrene en cines, este año vi el tráiler en el cine antes del anuncio de que la mandaran a Disney Plus y después de ver la película, hay ciertos momentos que han de haberse disfrutado a lo grande en el cine, el nivel de animación y la influencia que toma de otros trabajos ya desde el animé hacen de este trabajo algo muy superior a lo que Walt Disney Animation está ofreciendo.
Turning Red es otro acierto más de Pixar, divertida, conmovedora y con personajes completos. Sin necesidad de convertirte en un panda rojo, es una enorme cantidad de emociones que la película supo manejar, tal como Pixar sabe hacerlo.
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