Por: David Cavazos (@DavidCav21)
Las adaptaciones de videojuegos atacan de nuevo. Recientemente, el historial ha mejorado un poco con Sonic The Hedgehog (2020) y Werewolves Within (2021), pero ahora le toca el turno al aventurero Nathan Drake, protagonista de la popular saga de videojuegos de Play Station y Naughty Dog, Uncharted. Como director de esta cinta tenemos a Ruben Fleischer, quien ha entregado algunas cosas muy buenas como Zombieland (2009), otras muy raras como Venom (2018) o 30 Minutes or Less (2011) y también productos con cierto grado de mediocridad como Gangster Squad (2013). Los intentos por hacer esta película con el paso del tiempo hicieron que Mark Wahlberg, quien fuera la propuesta original para hacer a Nathan Drake, terminara siendo relevado por Tom Holland como dicho aventurero, relegando a Wahlberg al papel de su compañero Sully. ¿Podrá esta película ser una notable adaptación de videojuegos o sólo será una más del montón? Vamos a averiguarlo.
El bar tender Nathan Drake (Holland) tiene hambre de aventuras, tal como las que su hermano Sam tuvo, aunque no lo haya visto por más de diez años. Su vida cambia cuando conoce a Victor Sullivan (Wahlberg), quien le prepone ir de aventura en busca del tesoro de Fernando de Magallanes que se traduce en más de cinco billones de dólares en oro. Juntos irán a los lugares más recónditos para encontrar este tesoro, aunque la prioridad de Nathan sea reencontrarse con su hermano perdido en lugar del botín. Mientras tanto, el millonario Santiago Moncada (Antonio Banderas) intenta reclamar el tesoro como herencia nacional, por lo que irá detrás de nuestros protagonistas para apoderarse del botín.
Estoy plenamente consciente de lo mal escrita que está esta película, y muy probablemente los escritores Rafe Judkins, Art Marcum y Matt Holloway también. La cinta tiene una historia muy genérica y más aún si tomamos en cuenta que viene de una franquicia de videojuegos muy creativa. El problema de este tipo de películas de puzzle puede ser uno de dos: que el espectador se sienta ajeno a la experiencia con los puzzles que se plantean (como lo que sucedió con Tomb Raider en 2018) o que todo sea tan ridículamente predecible al grado de que el espectador ya sabe qué va a pasar. Uncharted sufre de esto último, pero es una película de entretenimiento y encanto genuino, uno se la pasa muy bien viéndola. Es a lo que una cinta de aventuras cualquiera aspiraría: el disfrute.
En eso es en lo que la película se termina luciendo, aplicando la regla no escrita de una película de este tipo: no importa si la historia ya la hemos visto antes, lo que importa es el cómo la cuentan y en el caso de Uncharted tenemos dos horas de entretenimiento puro que se pasan bastante rápido. La película no te aburrirá en lo absoluto, no importando el resultado final. Hay un sentido de la aventura latente, a ratos, que hace que los personajes te lleven a disfrutarlo. Claro, el filme tiene una escritura muy floja donde, por más giros que haya, no hay muchas sorpresas. Ah, pero sí un product placement de Papa John’s.
Tom Holland encuentra en Nathan Drake un personaje muy carismático con el que el actor impregna su energía de manera satisfactoria, al mismo tiempo que la canaliza con Mark Wahlberg en una muy divertida dinámica en la que abundan la desconfianza y la comedia, donde no dejan de mofarse el uno del otro. Las secuencias de acción también resultan bastante disfrutables y repletas de diversión, aunque los efectos no sean los mejores en ciertos momentos. Dentro del nicho de adaptaciones de videojuegos, está lejos de ser la mejor, pero también lejos de ser insufrible (todavía no supero Assassin’s Creed del 2016). Llega a ser lo que una película de aventuras tendría que ser, algo que nos mantiene inmersos sin importar lo descuidada en narrativa que termina siendo.
Me siento plenamente interesado en una secuela, sin llegar a aspirar a nada más que dos horas de palomitas, hot dogs y secuencias de acción que se disfrutan mejor en la gran pantalla. Uncharted es una película muy floja en su narrativa, pero se las termina arreglando con un ritmo eficiente, garantizando solamente un muy buen rato, aunque pueda ser más olvidada que un tesoro perdido.
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