Por: David Cavazos (@DavidCav21)
Hace dos años tuvimos la primera película de Venom. Una cinta muy rara que parecía sacada de esa galería de películas de superhéroes de la década de los 2000. Si hay algo que reconocer es que, con toda esa mezcla rara de humor, acción y un poco de incomodidad, Tom Hardy se ve más que comprometido con el personaje. Tanto que ya tenemos la secuela, en la cual vuelve al rol de Eddie Brock y su adherente simbionte Venom, además de que toma el rol de coguionista.
Para este caso, Ruben Fleischer, director de la película anterior, no retomó su cargo por estar ocupado en la secuela de Zombieland, por lo que la silla de director la toma Andy Serkis, alguien que está más especializado en la actuación y en el CGI, pero se atreve a tomar el rumbo de una historia que de por sí no parece tener una. La novedad, la aparición del icónico villano Carnage, interpretado por Woody Harrelson. Esta secuela ha demostrado que, con todos los cambios que se han hecho, sigue siendo igual de rara.
En esta nueva aventura, Venom y Eddie Brock siguen peleándose entre sí por mantenerse el control y encontrar cómo vivir juntos entre la necesidad de paz de Eddie y el descontrol de Venom. Mientras tanto, el asesino serial Cletus Kasady logra escapar de prisión antes de su ejecución y en el proceso se lleva consigo a otro simbionte que emergerá en él y se convertirá en Carnage. Es así como la épica batalla entre el simbionte negro y el rojo se enfrentarán por primera vez en la gran pantalla.
Venom: Let There Be Carnage es un poco mejor que la anterior. De verdad, muy poco, la diferencia es muy mínima. Es similar a un desastre, uno que se disfruta mucho ver. Sí, es igual de rara que la pasada, toma la misma dinámica extraña entre Eddie Brock y Venom, los agujeros negros en la trama abundan por doquier, pero al menos mejoraron a su villano, pues Carnage está bastante bien, aunado a un muy buen Woody Harrelson.
A pesar de ser PG-13, tiene esos momentos sádicos que los fans del personaje van a disfrutar, además de una batalla intensa y bien lograda. Venom, por su parte, sigue siendo el chistosito y parece que Hardy se compromete con ello, aunque como guionista no sea lo mejor porque la película es igual de desordenada, en lo que debería enfocarse no lo hace y viceversa. El humor de la película predomina mucho más aquí, como si los realizadores pensaran que eso fue lo mejor de la película y lo quisieron repetir aquí, sin embargo, es evidente que la rareza abunda cuando Venom y Eddie están juntos en pantalla.
Me agradó mucho más ver a Michelle Williams en ésta qué en la anterior (aunque cierta presencia de la anterior sí está muy desperdiciada), a Mrs. Chen, quien ya sabe un poco más de todo y lo aprovecha. Naomie Harris quedó muy reducida en su personaje, la conocemos un poco al principio, pero no vamos más allá con ella pues es opacada por su interés amoroso, Carnage. No sé, como que los patrones de la película anterior eran raros pero divertidos. Aquí son ya de por sí muy raros, pero hasta cierto punto funcional. Para lo que iba a ver, estuvo bien…como placer culposo quizá porque la película no tiene una historia de por medio, tal parece que se la inventaron en media hora.
En cuanto a los efectos especiales, siguen siendo igual de irregulares, a veces se ven geniales, de repente no. En la primera película era muy entendible por el presupuesto, pero aquí ya es reprochable pues algunos de los mejores momentos de la película, no se ven tan bien que digamos. Al menos, la presencia de Andy Serkis como director le da una variable considerable a la película como propuesta visual, hay un mejor trabajo de color y manejo del tono en los momentos más intensos (algunos interrumpidos por el humor). A la película le sigue faltando un por qué, ya tenemos el cómo, pero la película termina siendo un vehículo para la escena post-créditos que lo termina cambiando todo y es lo que va a emocionar a los fanáticos, más que la misma película. Lo mejor de la película anterior fue la canción de Eminem, aquí ya no tenemos eso.
Venom: Let There Be Carnage no muestra ningún signo de novedad ni mejora más que por el villano al que le dieron más tiempo de brillar, pero ese estrepitoso choque de humor y batalla personal de humano y simbionte sigue algo incómodo, aunque tenga sus momentos, no deja de ser un libre entretenimiento sin una calidad liberada.
Comments